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Tommy Paul
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Álex de Miñaur
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TENIS | ACAPULCO

Acapulco sigue siendo un poco español: De Miñaur, campeón

El australiano, de madre madrileña, supera a Paul para levantar el título más importante de su carrera. En ausencia de Alcaraz, releva a Nadal en el palmarés.

David GuzmánEFE

Carlos Alcaraz apuró hasta el último momento, pero no pudo llegar. Tampoco estaba Rafa Nadal, que el año pasado, por estas fechas, firmaba su tercer título seguido en medio del mejor inicio de su carrera. Acapulco, una plaza amable con el tenis español (13 títulos para la Armada), se quedaba sin representantes nacionales. En ausencia de ellos, Álex de Miñaur, de madre madrileña, ha defendido parte del orgullo. El australiano, de 24 años y 18º en el ranking a partir de mañana, se impuso (3-6, 6-4, 6-1 en 2h:27) la pasada madrugada al estadounidense Tommy Paul, de 25 y 19º virtualmente, para lograr el título más importante de su trayectoria.

“Me siento genial, increíble. Sé el arduo trabajo que hay que hacer para estar aquí y es bueno ver los resultados. No siempre ganas el torneo y terminas una semana invicto”, decía Álex antes de que le entregaran su séptimo trofeo ATP. “¡Vamos, vamos!”, había gritado minutos antes, justo después de mantener la compostura para estrecharle la mano a Paul de forma elegante. De Miñaur nació en Sídney, pero se mudó a Alicante, donde ahora entrena, con cinco años. Allí creció como tenista, con su capacidad defensiva y sus ágiles piernas como características más distintivas (le apodan ‘El Demonio’ por ello, en referencia al Demonio de Tasmania, dibujo animado que destaca por su velocidad).

Ante Paul, un tenista que juega sin presión ni miedo al error, necesitó de ambas. Y las utilizó para encadenar su segunda remontada seguida. Como ante Rune, en semifinales, De Miñaur tiró de paciencia para atascar el cañón estadounidense. “Simplemente, luché para mantenerme en el partido, especialmente en el segundo set, y logré abrirme paso. Y luego, el primer juego del tercer set fue exactamente como mi semifinal contra Holger. Así que tenía eso dentro de mi mente, solo me dije a mí mismo que debía seguir presionando. Si seguía esforzándome y obtenía ese juego, la dinámica iba a cambiar”, analizaba el aussie.

Cuerpo pequeño, corazón grande

Con el paso del tiempo, y en medio de un ambiente muy, muy húmedo, el cansancio se empezaba a hacer presente. Sobre todo, en las piernas de un Paul que llegaba de poner su firma en el partido más largo de la historia del torneo, en el que sufrió malestar físico. De Miñaur, que también sudó en semifinales, pese a no tener ni 24 horas para recuperarse, llegó con la mente más fresca al momento de la verdad. En el primer juego del último parcial, salvaba cinco bolas de break para lanzarse a por el título. Tommy, a menos, sólo podría sumar un juego más. “Tengo mucho corazón en este pequeño cuerpo y disfruto compitiendo”, resumía con una pizca de acento español.

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