Márquez acelera los tiempos

En alguna que otra ocasión, durante el fin de semana en el Red Bull Ring los rótulos televisivos recordaron que Marc Márquez nunca había logrado la victoria en el trazado austriaco (fue segundo entre 2017 y 2019). Sin embargo, en una pista que no es la más afín a su estilo de pilotaje, un error justo antes de la salida fue lo único que privó al español de, por fin, poder aspirar al triunfo en Spielberg. De encontrarse “a tres pasos” de sus rivales durante las citas anteriores, a acercarse a tan solo “uno” y con margen de mejora después de un viernes que, en lo que va de curso, solía ser complejo para el piloto de Gresini. Y ahí estaba la clave del resto del gran premio.

Márquez era capaz de exprimir la Ducati a un nivel muy cercano del que impusieron Jorge Martín (poleman) y Bagnaia (ganador por partida doble) en el Red Bull Ring desde el viernes. El ritmo del español era competitivo e incluso hablaba de los podios como un objetivo muy “factible”. ¿En qué se diferenciaba este fin de semana con el resto de la temporada? En que desde Gresini parecen haber dado con la tecla, para poder sacar más fácilmente el máximo rendimiento de la Desmosedici. Y para dar más pistas, Frankie Carchedi, jefe técnico de Marc, se remontaba hasta el GP de Gran Bretaña: “Creo que en Silverstone aprendimos algo nuevo, y para la FP2 pudimos implementarlo rápidamente”.

La temporada de Márquez está siendo una lección de aprendizajes que en este caso, les ha permitido acelerar los tiempos. A principios de curso, cuando se le preguntaba al español sobre qué le faltaba para estar metido de lleno en la pelea por la victoria con Pecco y Martín, el octocampeón siempre fue claro: ser competitivos desde el viernes. Y parece que por fin ha llegado ese momento. El propio Marc confesó después del domingo en Austria ese paso adelante y volvía a señalar el GP de Gran Bretaña como punto de partida: “Siempre hemos tenido el mismo problema, pero en Silverstone y un poco aquí hemos empezado a entender cómo solucionarlo rápido. Pero lo digo con la boca pequeña”.

A pesar del optimismo que arrojan los últimos resultados, el piloto de Gresini prefiere no hacerse ilusiones. Márquez no quiso destapar de dónde provenían los contratiempos, pero al menos desde el regreso de vacaciones han conseguido solventarlos con rapidez y ahora, el calendario les pondrá dos pruebas definitivas para saber si han encontrado la solución: “Veremos si en Aragón y Misano (escenario de su última victoria en MotoGP) podemos seguir en la misma dinámica. Aquí (en Austria) había una carcasa diferente (adaptada a las altas temperaturas) y tenemos que verlo con la carcasa buena, con la que siempre se corre, porque la moto cambia un poco”.