Mercedes preocupa en Austin

McLaren es el segundo coche de facto en el último tercio de la temporada, pero hay expectación alrededor del Mercedes en Austin. Primero, porque las características de un circuito tan completo (curva rápida en el primer sector, lenta en el último) pueden ajustarse bien al monoplaza de Hamilton y Russell, que logró un mal resultado en Qatar por el doble accidente, pero llega en buena forma al final de curso. Y segundo, porque llegan evoluciones para terminar de rematar este W14 y sobre todo allanar el camino del futuro W15.

James Allison, director técnico (que regresó forzosamente al cargo en abril tras un breve paso atrás con urgencia ante la falta de resultados), comentó esta semana en el podcast oficial F1 Nation la introducción de las evoluciones y las posibilidades del Mercedes en su pelea contra McLaren: “En Losail estábamos en su ritmo, ni más rápidos ni más lentos, pero delante. En condiciones normales debían haber calificado delante de nosotros sin los límites de pista. Pero si repitiésemos Qatar una y otra vez creo que acabaríamos entre ellos (tercero y quinto), porque se habría nivelado. Está apretado. En un circuito como Suzuka están delante, pero en una pista más lenta quizás tenemos cosas que ellos no tienen”.

Mercedes es segundo en el campeonato de constructores (326) y destaca por su regularidad frente al tercero, Ferrari (298). El empujón del SF23 en Monza y Singapur se diluye cuando Sainz se pierde la carrera de Qatar por una rotura en el tanque de gasolina. La presión de McLaren en la pista todavía no se traduce en la clasificación, son quintos (219) por detrás de Aston Martin (230). El problema es que todavía quedan muchos puntos en juegos con los cinco grandes premios y sus dos esprints (en Austin y Sao Paulo). Ninguno quiere terminar a la cola de ese grupo en el Mundial de fabricantes porque reduce sensiblemente los ingresos por premios. Y Mercedes se enfrenta a otra doble disyuntiva: sin triunfos antes de Abu Dhabi, sería su primer año sin ganar una carrera desde que la Fórmula 1 es híbrida. Y la primera temporada de la historia en la que ningún piloto inglés suma triunfo alguno.

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