GOLF | THE MEMORIAL

Rahm rompe otra lanza por Sergio García antes del Memorial

Jon Rahm, que desde este jueves tiene otra oportunidad de sacarse la espina de Muirfield, lamenta que el de Borriol no vaya a jugar la Ryder.

MICHAEL REAVESAFP

En el contencioso administrativo que mantienen PGA y DP World Tour con el LIV hay dos posturas. Podría decirse que la cosa se reduce a los Rahms y los McIlroys. Son casi corrientes políticas enfrentadas. Como los jacobinos y los girondinos, o los bolcheviques y los mencheviques. Moderación o radicalismo. En lo primero está Jon Rahm, que este martes, en su rueda de prensa previa al Memorial, el noveno evento designado del calendario majors aparte, rompió de nuevo una lanza a favor de la diplomacia y mostró su contrariedad por el hecho de que la disputa empañe el que muchos consideran el Santo Grial de este deporte, la Ryder Cup.

A Rahm le preguntaron cómo había encajado la imposibilidad de ver a Sergio García, el MVP histórico del Viejo Continente en esta competición, 28,5 puntos (más que nadie) y seis victorias a sus espaldas, en el equipo capitaneado por Luke Donald toda vez que las sanciones impuestas por el DP World Tour han llevado a varios de los ‘fugados’ a renunciar a su afiliación al circuito. “Le voy a echar de menos. Formamos una gran sociedad en Whistling Straits (la sede en 2021). Las parejas españolas están en los cimientos de la Ryder Cup, desde Seve. Es triste que la política marque un evento tan bonito. Esto es los mejores europeos contra los mejores americanos. Punto. Quién juegue en el LIV y quién no a mí no me importa. Es difícil de creer que el mejor europeo de la historia de la competición no vaya a estar en el equipo. Es desafortunado y le echaré de menos. Dicho esto, hay varios españoles jugando bien en este momento y espero que puedan estar en el equipo”, defendió Rahmbo.

No es la primera vez que el vizcaíno trata de tender puentes en un conflicto en el que las partes interesadas han sido hasta ahora más proclives a volarlos. Y este asunto en concreto le toca la fibra a Jon, que en su primera aparición, París 2018, no llegó a hacer pareja con el castellonense. Hace dos años sí mezclaron bajo el mando de Padraig Harrington y ganaron sus tres partidos juntos. Fue el estreno de un combo que aún podía dar alegrías (Sergio, el mayor de los dos, cumplió 43 años en enero y aún tiene carrete) pero que, visto lo visto, será difícilmente repetible.

Tras su diatriba, Rahm tendrá desde este jueves, cuando saldrá a las 14:05 de la España peninsular junto al estadounidense Collin Morikawa y el australiano Jason Day, una nueva oportunidad de sacarse la espinita que se le clavó en Muirfield Village (Ohio, EE UU) en 2021, cuando tuvo que abandonar estando en cabeza en la última jornada por un extraño positivo en COVID. Volvió a la ‘guarida del Oso’, la casa de Jack Nicklaus, el año pasado y volvió a merodear la parte alta de la tabla. Acabó décimo, una posición que esta semana no le valdría para recuperar el número uno del mundo.

Hay dos escenarios que le devolverían al trono en detrimento de Scottie Scheffler, el tipo con el que lleva peleándolo toda la temporada: ganar y que el tejano no sea segundo en solitario o ser él segundo en solitario y que su rival no alcance un empate a dos bandas en la 16ª plaza. “Le sigo desde que comenzó. Siempre he pensado que juega al golf de forma muy inteligente. Juega mucho como yo: de izquierda a derecha, y con mucha potencia. Me gusta lo que hace. Me gusta la forma en que lo hace. Hay fuego en él. Puede enfadarse, lo cual está bien porque generalmente esto le ayuda. Algunos golfistas se enfadan y eso los destruye, pero en cambio a Jon parece ayudarlo”, dijo recientemente de él Nicklaus en el New York Times. Quizá le espolee estos días el mecenazgo del que, por número de grandes ganados, 18, es indiscutiblemente el GOAT de esto.

Lo más visto

Más noticias