GOLF | LIV GREENBRIER

Rahm bebe birdies para olvidar

El vasco hila una vuelta de -6 en su retorno a la competición tras el fiasco olímpico y golpes en la pugna pulso por la clasificación anual con Niemann.

ISAIAH VAZQUEZAFP

A puro birdie ahogó este viernes Jon Rahm sus penas olímpicas, la desazón por ese domingo en Le Golf National en el que llegó a acariciar el oro con la punta de sus dedos y acabó fuera del podio. El vizcaíno usó como saco de boxeo a The Greenbrier, escenario del último torneo ‘regular’ del LIV, pues el siguiente ya será la final por la clasificación individual, en la que Jon mantiene su pulso con el chileno Joaquín Niemann por la corona que el año pasado se caló Bryson DeChambeau, y después vendrá la final por equipos. Hasta seis golpes le restó, cuatro birdies y un eagle mediante, al par del Old White, la joya de este resort de Virginia Occidental (EE UU) que podría considerarse la sede con más pedigrí de la gira saudí, en la que se han alojado todos los presidentes del país desde Eisenhower, escenario de una Ryder, una Solheim y un torneo regular del PGA entre 2010 y 2019.

En el día en el que Jaime Díaz, una institución en la prensa golfística estadounidense, publicaba en Golf Digest el supuesto arrepentimiento de Rahmbo tras su cambio de aires con una fuente de renombre como respaldo (”estoy convencido de que si pudiera devolver el dinero y retornar al PGA no tardaría nada en firmar el cheque”, llega a afirmar”), y no muy lejos de The Greenbrier la élite del PGA se encaminaba hacia el primer fin de semana de playoffs del curso, en los que a buen seguro habría tenido algo que decir, Rahm empezó a enterrar un episodio que definió como “doloroso”.

“Me va costar superar lo que ha pasado hoy más que en otra época”, aseguró, y en ese “más que en otra época” se puede entrever que el torbellino deportivo y extradeportivo que ha supuesto su fichaje por el LIV le ha acabado pasando factura. Evidentemente por resultados, aunque una hoja de servicios como la que completó el año pasado es difícil de sostener en el tiempo, y ahora parece que quizá también en lo emocional.

Nada de eso se lo llevó al campo, que en los primeros compases de la ronda fue atacado por una tormenta y el juego tuvo que detenerse durante algo más de una hora. Rahm, que había arrancado con birdie antes del bocinazo, retuvo el calor bajo la descarga y tras la reanudación se anotó otros tres birdies, uno en el 8, el hoyo estrella del campo, y un eagle catedralicio en el 12, el hoyo más amable del día. Cerró a un golpe de la cabeza, en poder de los estadounidenses Gooch y Kokrar y el colombiano Sebastián Muñoz con -7, y con tres menos que Niemann.

En -2 completaron su recorrido David Puig y Eugenio Chacarra, que están en la Zona Abierta del ranking anual, la que da la opción a su equipo, los Fireballs que comanda el también español Sergio García, de liberarles o traspasarles al final de la temporada, aunque parece improbable que Sergio decida prescindir de dos hombres a los que ha apadrinado con entusiasmo. Por su parte el de Borriol entregó un -3, con cuatro birdies, un purazo en el 15 y un bogey. En la tabla colectiva mandan los Smash (-20), imponentes con tres jugadores en el top-10. Los Fireballs son séptimos con -9 y la Legion XIII de Rahm, tercera con -15.

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