Pablo Martínez y Cayetano García, donde empezó todo

Tienen una química especial. Mientras Pablo Martínez y Cayetano García hablan con AS, las bromas no cesan. “A veces, también necesitamos despejarnos el uno del otro, pero los pasamos bien”, admiten entre risas. Este fin de semana (debutan el sábado, a las 15:30), participan en la primera Copa del Mundo de piragüismo de la temporada, que se celebra desde hoy al domingo. España acude a la cita con 33 palistas (16 masculinos y 13 femeninos), pero Pablo y ‘Tano’ la vivirán de forma especial. Se celebra en Szeged, la ciudad más importante al sureste de Hungría y el sitio en el que la joven dupla española certificó su presencia para los Juegos Olímpicos de Tokio. Allí empezó todo. “Imposible pensar en esta pista y que no se me ponga la piel de gallina con los recuerdos de la última vez allí”, compartía hace algo menos de un mes Martínez en su Instagram.

Empezaron a entrenar juntos (C2 500) nueves meses antes del preolímpico. En Japón, siendo octavos, lograron un diploma olímpico repleto de futuro. En agosto del año pasado, ya era presente. En Halifax (Canadá), se proclamaron campeones del mundo, con 24 (Pablo) y 21 (Cayetano) años. Esa fue su base. Empezaron a construir la casa por el tejado, pero la estructura parece férrea. No se cae. “El objetivo es batirnos a nosotros mismos, que somos los mejores del mundo actualmente. Si somos capaces de dar nuestra mejor versión, estoy seguro de que las cosas van a salir bien”, analiza Pablo. “Traspasándolo al fútbol, estamos intentando parecernos cada vez más al Madrid, en el sentido de asentarnos en ese nivel constantemente”, bromea ‘Tano’, con la noche de Champions muy reciente. “¡Pero somos más béticos que las palmeras!”, apuntilla su compañero.

Llegaron a Hungría el lunes por la noche. Su rutina, la que siguen en todos los desplazamientos internacionales, consiste en levantarse temprano, realizar entrenamientos cortos y, después, descansar de forma activa. “Nos vamos a dar un paseo, visitamos algún punto de interés... lo importante en las concentraciones es no estar tirado en la cama”, desgrana Pablo. Este es, prácticamente, su segundo año compitiendo en la distancia, pero ya la afrontan como dos veteranos. “Todo nuestro recorrido ha sido muy rápido y esa sensación de empezar a dominar a una prueba, de conocernos... nos lleva a pensar que a día de hoy somos más potentes que el año pasado”, comparten. El año pasado, empezaron a entrenar en Mallorca, algo que les ha vuelto más versátiles. “Entrenamos en un lago. Veníamos de hacerlo en el Guadalquivir, con 7 kilómetros de río para subir y bajar. Aquí damos vueltas de 1.500 metros. El clima, con días de viento y lluvia, nos ha hecho más fuertes para competiciones como la que se puede dar este fin de semana”, explica Pablo. “Nos estamos convirtiendo en buenos marineros”, resume Cayetano con gracia.

Hacia los Mundiales de Duisburgo

En Szeged, Pablo y ‘Tano’, además de perseguir el oro, buscarán certificar su presencia en los Mundiales de Duisburgo (Alemania), del 23 al 27 de agosto. La primera Copa del Mundo, pues, también definirá el listado de los deportistas que acudan a la cita germana. “En Hungría, ya se da un paso importante hacia París (Juegos Olímpicos de 2024)″, avisa la joven pareja española. Como ellos, entre otros, también buscarán arrancar con buen pie Antía Jacome y María Corbera, tanto en el C1 200 como en el C2 200 conjuntamente (Corbera, también en el C1 500 y el C1 5000), el K4 de Sara Ouzande, Carolina García, Estefanía Fernández y Teresa Portela o su homólogo masculino, con Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade (Craviotto y Arévalo, también en el K2 500). Desde Szeged, el piragüismo español zarpa hacia París. Un déjà vu para Pablo Martínez y Cayetano García, que ya se conocen el camino. Ahora, ya están preparados para el destino.