La larga resaca de los Rams
Los vigentes campeones acumulan un récord de 3-7 tras caer ante los Saints. Están entre los cinco peores equipos de la NFL y el futuro no es esperanzador.
Los Angeles Rams se atragantaron con el champán, ese que tanto saborearon el pasado mes de febrero cuando se proclamaron campeones de la Super Bowl LVI. Los defensores del anillo están teniendo una temporada 2022 para olvidar, en la que marchan con un récord de tres victorias y siete derrotas (las cuatro últimas de forma consecutiva), y eso no es todo: el futuro no es nada halagüeño para una franquicia que apostó todo con el fin de conseguir ese título que tanto perseguía. Corren tiempos difíciles en La-La Land.
Stan Kroenke, el billonario dueño de los Rams, y Les Snead, su general manager, se jugaron un all-in el año pasado. Hipotecaron el futuro de su equipo a cambio de poder construir una plantilla que permitiera luchar por ese ansiado anillo, y para ello trajeron a Hollywood a varias estrellas prescindiendo de un buen puñado de elecciones de Draft. Les salió cara a los angelinos, que ganaron la Super Bowl en su hogar, el SoFi Stadium, a los Cincinnati Bengals. A pesar de contar con el hándicap del Draft, los Rams fueron capaces de retener a prácticamente todo su talento en verano: renovaron a Matthew Stafford, Cooper Kupp y Aaron Donald (quien consideró retirarse).
De los 22 jugadores titulares entre ataque y defensa de 2021, un total de 16 regresaron a la disciplina angelina. Algunas bajas importantes, como las de Odell Beckham Jr. o Von Miller, fueron solventadas con la llegada de otros jugadores interesantes (Allen Robinson y Bobby Wagner). Sin embargo, la línea ofensiva perdió a Andrew Whitworth y Austin Corbett, siendo esto algo que, a la larga, ha resultado un factor clave en la caída de los campeones.
En el último Draft, los carneros no tuvieron sus tres primeras elecciones: la de primera ronda le pertenecía a los Lions por el traspaso en el que llegó Matthew Stafford, y la segunda y tercera ronda eran de los Broncos tras haber entregado a Von Miller. La primera selección de los Rams llegó en el pick número 104, con el que eligieron a Logan Bruss para reforzar, precisamente, la línea ofensiva. En ese mismo Draft, los de Los Ángeles tenían otras cinco selecciones más en manos de otras franquicias.
La nula llegada de savia joven está pesando mucho en los vigentes campeones, castigados también por la pérdida de talento en su staff técnico: Kevin O’Connell, coordinador ofensivo e ideólogo (junto con el entrenador Sean McVay) de uno de los mejores ataques de la liga, fue nombrado entrenador principal de los Minnesota Vikings, y con él se llevó a varias piezas clave de los angelinos. A todos estos problemas, en las últimas semanas se están sumando los problemas de lesiones, con Cooper Kupp siendo operado del tobillo y con Matthew Stafford habiéndose perdido tres partidos (este domingo jugó ante los Saints, pero abandonó el encuentro por una posible conmoción).
A pesar de arrancar con dudas, los Rams se colocaron con un récord de 3-3 tras el primer tercio de temporada regular. Pero, desde entonces, han llegado cuatro derrotas seguidas que han minado la moral de los defensores del anillo. Especialmente dolorosa fue la de este último domingo, por 27-20 frente a unos New Orleans Saints que no pasan por su mejor momento. Esta estocada puede ser casi definitiva para los de Los Angeles, que ahora deambulan con un récord de 3-7, últimos de su división (la NFC Oeste) y quintos por la cola de entre todos los equipos de la NFL.
Que consigan entrar en playoffs es actualmente una utopía y, de confirmarse, serían el primer equipo desde los Denver Broncos de 2016 (que tenían la excusa de la retirada de Peyton Manning) que pasa de ganar el anillo a no entrar en la siguiente postemporada. De los 56 campeones que ha tenido la NFL, solo 16 no han logrado acceder a los siguientes playoffs. Aquellos Broncos de 2016, al menos, finalizaron el año con un balance positivo (9-7), algo que se antoja complicado para los actuales Rams. En caso de no conseguirlo, serían los primeros campeones desde los Tampa Bay Buccaneers de 2003 que finalizan la campaña post anillo con récord negativo.
Lo cierto es que, a pesar de contar con muchas caras familiares del año pasado, los Rams de 2022 tienen muy pocas similitudes con los Rams de 2021. En ataque han pasado de promediar 27 puntos por partido a ni siquiera 17, con el juego de pase pasando de ser el 5º mejor de la NFL al 19º. En los nueve partidos que ha disputado, Matthew Stafford apenas ha entregado 10 pases de touchdown, mientras que ha sido interceptado en ocho ocasiones y ha recibido 29 sacks. Son el tercer equipo de la liga que más veces permite que cacen a su quarterback y el segundo con menos yardas de carrera por partido (¿recuerdan que en verano no llegaron refuerzos para la línea ofensiva?).
El puesto de running back tampoco se reforzó, y ahora lo están pagando: Cam Akers, corredor que en febrero se recuperó de una grave lesión en el talón de Aquiles, no se ha ganado la confianza de McVay, y Darrell Henderson, que apenas acumula 283 yardas de carrera, fue cortado este martes. Tan solo Cooper Kupp (812 yardas y siete touchdown) mostraba un nivel similar al del año pasado, pero una dura lesión le deja fuera para prácticamente toda la temporada. La defensa, en la que siguen estrellas como Aaron Donald o Jalen Ramsey, continúa en el top-10 de gran parte de las estadísticas, destacando en el acierto a la hora de parar la carrera rival, pero no está siendo suficiente para cortar la hemorragia que padecen estos Rams que han encajado 59 puntos más de los que han anotado (cinco de sus siete derrotas han sido por más de una anotación).
El principal consuelo para los equipos que ocupan las últimas posiciones de la liga suele ser el próximo Draft, pero ahí también volverán a pringar los de Los Angeles. En el de 2023, los Rams no tendrán su elección de primera ronda (ahora mismo está proyectada para ser la sexta del Draft), también enviada a los Lions en el traspaso por Matthew Stafford. Hace menos de un año saborearon la gloria, el all-in salió a pedir de boca y Los Angeles Rams atraparon aquel codiciado anillo. Pero, quizás antes de lo esperado, ya están sufriendo la caída y consecuencias de aquella arriesgada jugada. La resaca está siendo demasiado fuerte.