Una defensa que vale un anillo
Los Angeles Rams vencieron en la Super Bowl a los Cincinnati Bengals por 23-20 en un encuentro en el que la defensa angelina marcó las diferencias.
Con un futuro hipotecado, esta era la oportunidad de oro para los Rams. Llevaban tiempo dejando claro que querían ganar la Super Bowl, haciéndolo además lo antes posible. Para ello, comenzaron a juntar a varias de las estrellas de la liga: llegaron Jalen Ramsey, Von Miller, Matthew Stafford, Odell Beckham Jr, y mantuvieron a otras como Aaron Donald o Cooper Kupp. A cambio, en los traspasos tuvieron que sacrificar muchas elecciones de Draft. Desde 2017 hasta 2024, los Rams no poseen ninguna selección de primera ronda. De hecho, en el próximo Draft solo tienen una elección en las primeras cuatro rondas. Con el futuro siendo incierto, sólo valía el triunfo para que todos los movimientos cobrasen sentido.
Conscientes de ello, los Rams salieron a la Super Bowl a por todas. Con más de 100.000 espectadores en la grada, el SoFi Stadium de Los Angeles acogía la final. Es la casa habitual de los Rams, aunque en el partido fueron visitantes. De hecho, es tan solo la segunda vez en la historia en la que un equipo juega la Super Bowl en su estadio, y en ambas se hizo valer ese “factor campo”.
El encuentro arrancó bronco, con ambos equipos tomándose las medidas. El primer golpe lo asestó Los Angeles, con un gran pase de touchdown de Stafford para Odell Beckham Jr. Pronto se quitaron los nervios Burrow y sus Bengals con un gran drive, aunque tuvieron que conformarse con tres puntos ante la sólida defensa angelina. Pero los Rams estaban siendo superiores en el tramo inicial, y lo confirmaron con el segundo touchdown de la noche, esta vez con otro buen pase de Stafford hacia Cooper Kupp, fiel a su cita con los puntos. El partido cogía un feo color para los Bengals, pero su creatividad tuvo premio. En una jugada de engaño, Burrow le entregó el balón a Mixon en lo que parecía una jugada de carrera, pero el corredor sorprendió lanzando un pase de touchdown para Tee Higgins.
Los Bengals volvían a estar en el partido, y llegaba una terrible noticia para los Rams. En una sencilla recepción, Odell Beckham Jr. apoyó mal su rodilla, dejando al receptor fuera para el resto del encuentro. Desde ahí, el ataque de Rams no volvió a ser el mismo. Stafford fue interceptado cuando buscaba su tercera anotación en la primera parte. Solo la discreta actuación ofensiva de los Bengals, marcada por el gran aislamiento al que fue sometido Chase, permitió que los Rams se fueran con ventaja de 13-10 al descanso. Era turno para la actuación de Dr. Dre, Mary J. Blige, Snoop Dogg, Kendrick Lamar y Eminem, en un gran homenaje al hip-hop de la costa oeste de hace ya tres décadas.
Cincinnati había demostrado en estos playoffs que sus ajustes en el descanso surtían efecto, y esta vez no fue menos. En la primera jugada tras volver de vestuarios, Burrow conectó con Higgins, quien se deshizo de Jalen Ramsey para anotar un touchdown de 75 yardas, el segundo para el receptor en esta Super Bowl. Cincinnati tomaba ventaja por primera vez en el encuentro, y el nerviosismo en los Rams aumentaba cuando, en la siguiente jugada, Stafford era interceptado por segunda vez. Hasta entonces, la línea ofensiva de Cincinnati estaba aguantando, algo que no se preveía. Pero fue en este momento cuando se cumplieron las previsiones y Donald, Miller y compañía comenzaron a masacrar a Burrow.
El joven quarterback recibió hasta siete sacks, igualando el récord histórico en una Super Bowl. En lo que ambos equipos intercambiaban field goals, Burrow recibió un nuevo impacto que lo dejó cojeando tras agarrarse la rodilla. En su siguiente drive, los Bengals protegieron a su quarterback usando únicamente jugadas de carrera, algo que no funcionó. Los Rams tenían una nueva oportunidad, seguramente la última del partido. Y ahí apareció la conexión que lleva luciendo toda la temporada. A falta de Odell Beckham, Stafford confió plenamente en Kupp. Y el receptor, elegido Jugador Ofensivo del Año, no falló. Consiguió primeros down clave, y acabó recibiendo el touchdown que ponía a su equipo tres puntos por encima y que, finalmente, entregaría la histórica victoria a su franquicia. La última palabra la tuvo la ofensiva de Cincinnati, pero de nuevo Burrow no tuvo suficiente tiempo por parte de su línea ofensiva, y la defensa de Rams, gran enseña de este equipo, certificó el triunfo final por 23-20.
Este anillo supone mucho para la plantilla de los Rams. Matthew Stafford, después de 13 temporadas en la liga y en su primer año fuera del desastre que son los Detroit Lions, demuestra que siempre ha tenido lo necesario para ganar si se le rodea adecuadamente. Odell Beckham Jr. consigue por fin su primer anillo, pese a no poder jugar todo el partido, dejando atrás la mala experiencia en los Cleveland Brown en la que se decía que jamás volvería a ser el mismo. Cooper Kupp ya está en la lista de mejores receptores de la liga, y con este año ha silenciado a todos los que dudaban de él por su físico. Con sus dos touchdown esta noche, ha sido elegido MVP de la Super Bowl. Jalen Ramsey, uno de los chicos malos de la NFL, ha mostrado que es capaz de frenar en seco para cualquier receptor. Segundo anillo en su carrera para Von Miller, que salió de Denver buscando precisamente esto. Y primer anillo en su trayectoria para Aaron Donald, uno de los mejores jugadores de toda la NFL, independientemente de la posición, que lleva dominando más de un lustro.
Muy especial también para dos veteranos. Eric Weddle, de 37 años, se retiró en 2019 tras 13 años en la NFL. Pero al defensor le entró el gusanillo otra vez, y decidió volver a jugar en estos playoffs para conseguir el anillo que nunca había logrado. Lo hizo, además, jugando todo el partido pese a lesionarse en el pectoral en el primer cuato. Y curioso es lo de Andrew Whitworth, el línea ofensiva de 40 años que pasó sus primeras 10 temporadas en los Cincinnati Bengals, equipo al que ahora ha privado de una Super Bowl. Con esta victoria, Whitworth pone fin a una sensacional carrera. Y no se puede olvidar lo que significa para Sean McVay, que a sus 36 años se convierte en el entrenador más joven en ganar una Super Bowl. A la segunda fue la vencida para él, ya que no salió muy bien parado tras la derrota ante Patriots hace tres años. Pero ahora es indudablemente uno de los mejores entrenadores de la NFL, con infinitos recursos y una toma de decisiones al alcance de muy pocos.
Una Super Bowl no menos importante para la ciudad de Los Angeles, que por primera vez ve a sus Rams levantar el Trofeo Vince Lombardi. El único título que tenía el equipo había sido logrado cuando estaba ubicado en St. Louis, mientras que en Los Angeles habían visto a su equipo perder tres finales. La ciudad angelina sólo había visto a un equipo suyo ganar la Super Bowl una única vez, cuando los Raiders lo hicieron en 1983. Rota la sequía, ya son dos anillos para los Rams, en un título muy especial para muchos nombres propios y para toda una ciudad. La jugada del ‘all in’ les ha salido bien a los angelinos, que sin duda alguna se han llevado el premio gordo.