BOXEO

Los jueces indultan a Teófimo López ante Sandor Martín

Sandor Martín pierde por decisión dividida (95-94, 93-96 y 92-97) después de enviar dos veces a la lona (una sin cuenta) a Teófimo López en el Garden.

AL BELLOAFP

Sandor Martín llegó a Nueva York a asaltar el Madison Square Garden y se fue asaltado. Estafado con la decisión de los jueces, que le dieron perdedor ante Teófimo López por decisión dividida (95-94, 93-96 y 92-97) en un combate eliminatorio para disputar el Mundial del superligero del Consejo Mundial de Boxeo.

Con una visión conservadora por actuar en territorio comanche, este cronista puntuó 95-94 para el español... Y uno de los jueces sólo le dio dos asaltos a Sandor. Sorprendente cuando el padre del púgil de origen hondureño afincado en Brooklyn, que es también su entrenador, le espetaba a su pupilo en el octavo asalto: “¡No me estás boxeando, cómetelo!” con el pánico en el rostro. Una señal clara de que veían muy negro el combate.

Sandor derribó a Teófimo en el segundo asalto y el juez activó la cuenta de protección. AL BELLOAFP

Sandor (29 años, 40-3-0, 13 KO’s) se va con la cabeza alta de Nueva York, donde un español no encabezaba una cartelera desde Paulino Uzcudun en 1935, con el crédito intacto. Pero con la carrera cercenada injustamente. Con el sueño del Mundial un poco más lejos y una herida moral que duele más que los golpes. En octubre de 2021 superó a Mikey García (campeón en cuatro divisiones) en Fresno y hoy lo hizo con López, campeón indiscutido en el ligero arrebatando el cinturón a Vasyl Lomachenko. Aunque suene a tópico, los jueces no lo quisieron ver. No se atrevieron a estropear el negocio del todopoderoso Bob Arum y su promotora Top Rank, que llevaban a ‘The Takeover’, de 25 años, al Garden por octava vez en una carrera aún corta (18-1-0, 13 KO’s).

En el primer asalto, Sandor sufrió un corte por un cabezazo fortuito en el puente de la nariz. Y su padre, Rafa, se tuvo que aplicar para controlar la hemorragia durante todo el combate. En el segundo, un crochet de contra del español envió a Teófimo a la lona y Ricky González activó la cuenta de protección (lo que significaba un 10-8 en el asalto para Martín, valioso colchón). En el séptimo, otra derecha hizo hincar la rodilla al de Brooklyn, pero esta vez el juez lo interpretó como un resbalón. En el mítico coliseo de Manhattan, la distancia fue de Martín. Elegante en las esquivas y con los pies. Lanzó menos manos (y por ahí se le pudo ir la pelea) pero fueron efectivas. Él puso la clase ante un rival agobiado que no encontró caminos para sus acometidas. Pero los jueces no lo vieron en un Garden que silenció por vergüenza la decisión final. “Yo gané este combate. ¿Un juez sólo me ha dado dos asaltos, de verdad? El juez tampoco contó el segundo derribo. ¡Esto es un robo!”, se quejaba Sandor. El orgullo de ser y saberse mejor, sin embargo, no consuela.

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