Jon Rahm es inhumano en Puerto Vallarta
El vizcaíno firma la mejor tarjeta desde que el Mexico Open forma parte del PGA, -10 para -17, y se arrima a su segundo título.
El agua y el fuego son elementos incompatibles salvo que medie Jon Rahm. El vizcaíno fue un incendio a orillas del Pacífico este sábado, en la tercera ronda del Abierto de México, que aspira a revalidar tras su triunfo del año pasado. Tiró 61 golpes para -10, la mejor tarjeta del torneo desde que entró a formar parte del calendario del PGA (entre 2013 y 2021 estuvo en el de la subdivisión latinoamericana del circuito, y antes en el del tour de desarrollo, el ahora Korn Ferry). Con -17 en el acumulado, acaricia ya la que sería la quinta victoria de una temporada majestuosa, un trance divino que parece no tener fin.
Primero en golpes ganados desde el tee, segundo en golpes ganados aprochando, segundo en golpes ganados pateando (la enchufó desde todos lados), primero en golpes ganados de tee a green, primero en golpes ganados en total, primero en greens alcanzados, primero en recuperaciones, primero en putts por green y primero en total de putts. Fue una exhibición integral de Rahmbo, que se quedó a dos birdies de bajar de los 60 golpes, algo que solo 20 jugadores han conseguido en torneos profesionales desde que hay registros.
En su paseo triunfal por el resort Vidante de Puerto Vallarta solo indultó ocho hoyos, el 2, el 5, el 9, el 10, el 11, el 15, el 16 y el 18. Rara es la vez en este deporte en la que es más práctico decir los hoyos en los que un jugador no ha restado que aquellos en los que lo ha hecho. Ese es el nivel actual de Rahm, que abrochó diez birdies en total. Ayudó a que la escabechina no fuera mayor que ninguno de los cuatro pares 5 de este diseño de Greg Norman sea demasiado receptivo al eagle.
No acabó la jornada líder Jon porque Finau, que le sacaba seis golpes el viernes, se aplicó en la segunda mitad del recorrido y apuntaba a mantener la primera plaza con un -6 para -19. Aún así fue una carrera entre un Seat 600 y un Fórmula 1. Ni con una dignísima vuelta, el único otro jugador del top-20 mundial presente esta semana en México fue capaz de contener el ascenso de un Rahm que este domingo puede alcanzar los ocho triunfos en 25 torneos disputados desde que, hace un año, en esta misma cita, comenzó a forjar la racha que le ha convertido en el mejor golfista del mundo en la actualidad.
“No cambiaría ningún golpe”
“Jugué muy bien también los dos primeros días, pero el contacto con la bola no era el ideal. Hoy las condiciones eran muy buenas, con poco viento, pero tampoco esperaba este resultado. He aprovechado los hoyos fáciles. No cambiaría ninguno de los golpes que he pegado. No iba pensando en hacer 60 o 59. Lo he pensado ya en el 18. El par está bien, era difícil dejarla cerca ahí. Si este domingo pateo igual de bien tendré mi oportunidad de ganar”, apuntó Rahm al término de la vuelta.