Rahm no carbura antes del British, Cabrera se hunde
Un fin de semana flojo deja al vasco en el furgón de cola en Escocia a las puertas del último major del año. Cabrera cede pronto y gana Schauffele.
The Renaissance, no muy lejos de St. Andrews, el mítico campo que acogerá desde el jueves la 150ª edición del British Open, acogía esta semana el Abierto de Escocia, su hermano pequeño junto al irlandés. En la orilla opuesta del Fiordo de Forth, en un links delicioso que linda con Muirfield, otra joya caledonia, se produjo la primera cita regular de la historia cosancionada por PGA y DP World Tour. En el field, nueve de los diez primeros del ranking mundial.
El golf ‘tradicional’ ha sacado los tanques a la calle ante la amenaza que supone el LIV, el nuevo circuito regado por los petrodólares saudíes, que ya ha pescado en ambos caladeros y aspira a seguir fagocitando jugadores descontentos con las condiciones y/o la retribución que encuentran en los dos tours que hasta ahora partían el bacalao en el panorama golfístico.
Hubo espectáculo en Escocia. Todo el que pueden producir varios de los mejores golfistas del mundo en oposición a un links, el test más puro de este deporte. La victoria (octava de su carrera profesional contando el oro olímpico) fue para el californiano Xander Schauffele, un jugador de hierros prodigioso abrochó un par para -7 este domingo. Si Schauffele recibe con este triunfo de postín, en un evento que forma parte de las Rolex Series, la primera categoría del DP, un chute de confianza de cara al reto de St. Andrews, además de un cheque de algo más de 1,4 millones de euros, Jon Rahm dejó una sensación fría.
El vizcaíno estaba en el par tras dos días, habiendo capeado razonablemente el temporal en un viernes de vientos maquiavélicos que hicieron estragos. Pero el 74 del sábado, jugando los últimos nueve hoyos en +4, le descabalgó del pulso por el triunfo. Fallón desde el tee e irregular con el putter, como en muchos tramos de esta temporada, el León de Barrika acabó 55º con una última vuelta de +1, +5 en el acumulado. Otro día de montaña rusa, con dos birdies, un eagle y cinco bogeys. Cuatro jornadas recibiendo jarros de agua fría, casi a continuación de cada alegría.
Con Rahmbo lejos del tren de cabeza, como Elvira (61º con +2), Otaegui (42º con +3) y Arnaus (47º con +4) Cabrera Bello se convirtió en la mejor baza española del domingo. El canario, campeón en Dundonald en 2017, salía en el partido estelar junto a Schauffele tras firmar un 67 de locos en la tercera ronda, precedido de dos tarjetas de 69 en las dos primeras. Estaba a dos golpes y en un estado de control total del campo. Una victoria le daba la tarjeta para el PGA del próximo año. Pero nada más salir se llevó dos directos al mentón. Bogey-bogey combinado con dos birdies del hombre al que pretendía dar caza y KO. Acabó con un +7 para +2 descoranozador, que ni siquiera le sirve para clasificarse para el British Open, pues tenía que ser al menos top-10. Un major más especial si cabe que de costumbre. Y un nuevo episodio en el cisma golfístico que ya asoma en el horizonte.
Consulta aquí las clasificaciones completas del Abierto de Escocia.