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BALONMANO | LIGA EUROPEA

Logroño espera que el gigante togolés Modi ayude ante el Vojvodina

Para el Cuenca, en mala racha, derrotar al Valenje este martes (20:45) es cuestión de vida o muerte en Europa.

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La semana pasada los dos equipos españoles de la Liga Europea masculina jugaron en los Balcanes con suerte dispar: ganó el Logroño en Serbia, al Vojvodina, y perdió el Cuenca en Eslovenia ante el Gorenje Valenje. Este martes, en el inicio de la segunda vuelta se repiten los encuentros pero en España, ambos a las 20:45 (DAZN) y sin bien se mantienen las urgencias para ambos equipos, al Cuenca sólo le vale ganar, porque otro resultado le descarta virtualmente de optar a algo: no ha puntuado aún tras las tres primeras jornadas. El Logroño (tres puntos) necesita ratificar en casa su victoria de la semana anterior, porque en este momento depende de él mismo para acabar incluso primero de grupo, y tiene por delante dos encuentros en casa y uno fuera.

Por otra parte, el Logroño parece que ha cogido por fin la ola buena y lleva una tacada de cuatro victorias seguidas (ha escalado al séptimo puesto en la Liga, y jugar la Copa Asobal depende de él mismo, aunque con un calendario complicado, con tres rivales directos en las últimas cuatro jornadas). No se trata de lanzar las campanas al vuelto, porque al Vojvodina sólo le ganó por un gol (24-25), y el domingo le costó sudor y lágrimas doblegar al Nava. Por lo que respecta al Cuenca, su racha es inversa, con derrota ante el Puente Genil y el Huesca en esa la pasada semana.

El domingo debutó con los riojanos Abdoula Modi, que no es que sea una estrella del balonmano, pero sí el jugador ahora más exótico de la Asobal: el más alto de la Asobal con 2,11 metros, nacido en Togo: el primero de su país en la Liga profesional española. Tiene 22 años, y lleva cinco en Portugal, aunque sin demasiado éxito una vez que el Porto empezó a cederle. El Logroño le fichó en la pretemporada, pero hasta noviembre no han podido resolver su situación administrativa, aunque ha llegado a tiempo para echar una mano al equipo que, con la lesión de Javi García (operado de un dedo) sólo tenía a Rolando Urios en esa posición. Con todo, el gigante togolés no es pivote al uso: de los tres goles que marcó en su debut, dos los logró desde nueve metros, en tiro directo de golpe franco.

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