PARÍS 2024

Más dinero para los mejores: un modelo “duro” que vale oro

Países Bajos terminó sexta en el medallero pese a su tamaño. Optimiza el dinero con los deportistas con más posibilidades, aunque teme una crisis.

EMMANUEL DUNANDAFP

Un pequeño entre gigantes. Un milagro que, como todos, tiene su explicación detrás. Como ya hiciera en Tokio, Países Bajos volvió a brillar en los Juegos Olímpicos de París. Otra vez, se coló entre las diez mejores delegaciones pese a las diferencias poblacionales y económicas respecto a sus vecinos en la clasificación. Con las excepciones de Australia (26 millones) e Italia (58), todos los países ubicados en el top-10 de los Juegos tienen más de 60 millones de habitantes. Países Bajos, con 17,7, es el territorio con menor peso en ese sentido. En el económico, se aprecia una diferencia similar. Todos los integrantes del top-10, en este caso sin excepciones, también forman parte del top-10 de países con mayor PIB. En esa clasificación, el país de los tulipanes se ubica en 18ª posición, tres lugares por detrás de España (18 medallas, con cinco oros). Pese a ello, en París, tuvo la mejor actuación de su historia.

Con 34 medallas en total, Países Bajos se fue de tierras francesas con su segundo mejor registro de siempre en cuanto a cantidad de metal, sólo por detrás de las 36 preseas logradas en Tokio, donde terminó en séptima posición. En cuanto a calidad, consiguió sus mejores números, con 15 oros (además de siete platas y 12 bronces) que superaron el récord nacional establecido en Sídney 2000, con 12, y que supusieron el sexto puesto, el más alto de siempre. Un éxito rotundo con un modelo “duro” que pretende optimizar la inversión deportiva.

El secretario de Estado para el Deporte, Vincent Karremans, recibe a Sifan Hassan, triple medallista. JEROEN JUMELETAFP

De forma simplificada, Países Bajos invierte más en aquellos deportes en los que identifica mayores posibilidades éxito. A diferencia de España, más cerca del “café para todos” (pese a que el Team España Élite, con 50 millones para los mayores valores, va en esa dirección) el plan neerlandés centra todos sus esfuerzos en sus mejores deportistas. En total, la inversión del gobierno del país en su deporte de élite se sitúa entre los 80 y 90 millones de euros al año (España, en 2023, se dejó 116, aunque con 30 millones más de habitantes), que se desglosan de la siguiente forma: 65,5 millones de euros del Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes, 16 procedentes de la lotería nacional y lo que aporte cada Federación, con un modelo de “empresa privada”. Ese montante lo gestiona el NOC*NSF (Comité Olímpico Nacional y Asociación de Federaciones Nacionales), un ente que, en contraposición a España (las federaciones son las que gestionan el dinero que reparte el CSD), centraliza mucho más las tareas.

“Es una política bastante dura y controvertida. Si sólo se da dinero a los mejores, los perdedores, por supuesto, se enfadan”, resume Maarten van Bottenburg, profesor de Ciencias Administrativas y Organizativas en la Universidad de Utrecht, que identifica un momento clave en la historia deportiva de su país. Desde la década de los noventa, los mejores deportistas neerlandeses reciben ingresos fijos. Divididos en distintos rangos, actualmente, los que se sitúan en la élite absoluta (unos 550) reciben un subsidio de unos 2.900 euros brutos mensuales. El siguiente punto de inflexión, el que asentó la meritocracia, se sitúa en Londres 2012, cuando Maurits Hendriks, exseleccionador español de hockey hierba, ya fuera de la estructura neerlandesa, fortaleció un modelo que se ha mantenido en París, con el atletismo (seis medallas), el ciclismo en pista (cinco) y el remo (ocho) como puntales.

Ymkje Clevering y Veronique Meester, oro en el dos sin femenino. OLIVIER MORINAFP

Problemas a la vista

El top-10 del medallero (logrado tanto en Tokio como en París) es el objetivo de Países Bajos desde que Hendriks empezara a dejar su huella. También será la meta en Los Ángeles 2028, aunque existe cierta preocupación. Desde el NOC*NSF, calculan que, con un aumento del 7,6% en el impuesto sobre las loterías que está a punto de aprobarse, los ingresos para los clubes deportivos nacionales bajarían 45 millones de euros. El sucesor de Hendriks como director deportivo del alto nivel, André Cats, por su parte, ha reivindicado la necesidad de aumentar unos 20 millones el presupuesto. “La última vez que se añadió dinero de forma sustancial fue hace seis años. En este tiempo, cada euro ha perdido un 20 o 30% de valor”, reclamó en su valoración del éxito en París. El siguiente reto de un modelo que, de momento, funciona.

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