PARÍS 2024 | PIRAGÜISMO

Jácome, otro cuarto puesto

La gallega, doble subcampeona mundial este ciclo, se queda cerca del bronce en la prueba de C1 200 y el piragüismo cierra con tres medallas.

OLIVIER MORINAFP

Antía Jácome (24 años) se quedó cerca de completar hoy con una medalla el camino que le llevó a salir de Pontevedra con 15 años, al Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, para culminarlo sobre un podio olímpico en sus segundos Juegos. Fue cuarta en el C1 200. El piragüismo echa el cierre con 23 medallas, culminando el sorpasso a la vela (22) como deporte olímpico más laureado. Del canal de Vaires-sur-Marne se llevan tres medallas a España: los bronces del K4 500 del inmortal Saúl Craviotto y el de los descarados Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez en el C2 500 y el bronce de Pau Echaniz en las aguas bravas en K1. Además de dos malditos cuartos puestos, el de Marcus Cooper y Adrián del Río en K2 500 y el de Jácome. En Tokio 2020 también fueron tres medallas, pero de plata.

Jácome venía del chasco del C2 500 junto a María Corbera, sextas el viernes en un canal embravecido por el viento que temían y que entró por la derecha, por lo que al ser las dos zurdas y clavar la pala por el mismo lado les obligaba a ‘repalear’ para mantener el rumbo. Pero el sábado, dio tregua. Y el agua del Marne amaneció como un plato.

Tanto Corbera como Jácome venían con la vitola de sus subcampeonatos mundiales este ciclo, la madrileña en 2022 y la gallega en 2021 y 2023. Pero la primera se quedó fuera en las semifinales (5ª) mientras la segunda avanzaba con el cuarto registro. Iba a estar en la pomada...

Antía Jácome, tras finalizar. OLIVIER MORINAFP

Serena en el cepo de salida, consciente de que en una prueba que se juega en 45 segundos la velocidad de reacción es fundamental, Antía no tuvo la mejor de todas y le tocaba remontar. Fue subiendo y subiendo, pero no le bastó ante el furioso pique entre la canadiense Katie Vincent y la estadounidense Nevin Harrison (campeona en Tokio), que se decidió en la foto finish (42.12 frente a 42.13). El bronce se jugaba entre la cubana Yarisleidis Cirilo y la española, pero su rush final no bastó y se quedó a cuatro décimas de la medalla (44.78).

Jácome, una masa de músculo con pupilas grises que congelan y sonrisa permanente, se puede considerar una pionera. Porque la canoa femenina se estrenó en Tokio y allí ya fue quinta con sólo 21 años. “No siento que perdiera una medalla, sino que gané una quinta plaza”, dijo entonces fijando ya su vista en París. Después de eso, el grupo de entrenamiento de Sevilla se deshizo de forma abrupta al marcharse el técnico rumano Marcel Glavan a China y la pontevedresa buscó refugio en el Lago Esperanza de Alcudia con Kiko Martín, alternando con concentraciones en Aranjuez con su antes rival y ahora colega Corbera. Quería dos medallas y se va de vacío.

“Me ha dado rabia que María se quedara fuera de la final porque es muy trabajadora y me ha ayudado muchísimo”, se lamentaba Jácome, acordándose de su compañera todo el ciclo. “Estoy tranquila y muy contenta porque he terminado vacía, con uno de mis mejores tiempos. No tenía más en este cuerpo. Aunque el sabor es un poquito mejor que el del C2 con María, porque sé de lo que somos capaces. He remontado un puesto de podio respecto a Tokio y lo seguiré haciendo hasta subirme a uno”, dijo ya pensando en el objetivo dentro de cuatro años.

CIERRE CON UNA SOLA FINALISTA

En la jornada del cierre del piragüismo, sólo Jácome accedió a una final A. María Corbera ganó la B del C1 200 para una novena posición. En el K1 1.000, Paco Cubelos y Adrián del Río finalizaron tercero y cuarto en la final B. Y en el K1 500, ni Estefanía Fernández ni Begoña Lazkano pudieron superar la criba de semifinales. 

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