Hay una casa en Sabadell en la que no se puso el sol este 10 de febrero. Los padres de Queralt Castellet se emocionaron con la plata y recuerdan la historia de su hija.
Aquellos éxitos le llevaron a la rueda internacional ("no había muchos recursos, a una concentración a República Checa utilizaron nuestro coche y le hicieron 9.000 kilómetros") y a las participaciones olímpicas, a las desgracias como la muerte de su novio y entrenador Ben Jolly, a pasar largo tiempo lejos de casa, en Estados Unidos, Suiza, Nueva Zelanda. "Recuerdo de escribirle cuando se hizo daño en el tobillo, y me comentaba que no me preocupara, que no estaba sola, que tenía muchas amigas", desliza su madre, sufridora. "Es un deporte donde todos se comportan como una familia. En una competición le dejó una tabla a una rival que se le había roto", añade el padre.