MALLORCA 0-ATHLETIC 0

Valverde añora a Aduriz

Enorme caudal ofensivo del Athletic, al que de nuevo le condenó su falta de eficacia en ataque. El Mallorca mantuvo su plan ultradefensivo

Valverde de fue de Bilbao cuando Aduriz, ya en el otoño de su carrera, aún sembraba el pánico en Primera. El técnico ha vuelto en una tercera etapa y seguro que su cabeza fantasea pensando que aún está ahí Aritz. Pero la cadera frenó al donostiarra. Vino un puñado de entrenadores y echó de menos al 20. Más lo hace el Txingurri, que lo disfrutó en su esplendor. Su retorno ha sido un más de lo mismo sobre lo que se pudo ver con Marcelino, por citar al anterior. Lo cotidiano. Un caudal ofensivo muy jugoso y... cero goles. Lo intentó el equipo rojiblanco hasta la extenuación, con jugadas de todos los colores, pero la pelota les niega la sonrisa. Puesta en escena, ritmo, intensidad... todo le pertenece, menos el marcador. Este grupo está bien engranado y sabe a qué quiere jugar. Salieron de refresco cinco jugadores, todos los de ataque que había, hasta el debutante Malcom, pero ya no es cuestión ni de espíritu y de jornaleros de las acometidas, sino de calibrar bien el punto de mira. Puso en acción el míster a diez jugadores para perseguir un mísero gol. 23 tiros (6 a puerta), dos postes y un portero que se erigió en héroe (6 paradas). ¿Qué más se puede pedir? El Mallorca salió triunfante con su fútbol ultradefensivo.

Los primeros 15 minutos fueron fieles a ese ‘rock and roll’ a pie de campo que prometió el nuevo presidente Jon uriarte en la campaña electoral. Valverde anunció desde la alineación que se había levantado con el día atacante, pues mezcló en medio campo a Vesga-Sancet-Muniain, un triángulo con más magia que los baúles de Houdini. Emergió un grupo vitalista, al abordaje de un autobús estacionado en la dársena del meta Rajkovic. Aguirre es un técnico ingenioso, alegre por naturaleza y socarrón, pero sus planteamientos son tan entretenidos como un funeral. Un 5-4-1 que valía como frontón en Bilbao para pelota a mano, cesta o pala. Fruto de ese comienzo ardoroso, Vesga lanzó al poste en el minuto nueve tras un zapatazo desde lejos. Este Athletic es un bloque muy decidido a lanzar desde lejos, un recurso nada desdeñable. Entre dos líneas con nueve hombres es más difícil colar un balón o encontrar un hueco que plantar una toalla en algunas playas del Mediterráneo en agosto a mediodía. Hay que buscarse la vida. Y Villalibre lo hizo con buenas maneras, como en un centro desde la derecha de De Marcos que cabeceó al más puro estilo Aduriz, aunque el balón se fue rozando el poste.

El Athletic jugaba sin filtros, a arreones puros y duros, con un ritmo vivo, poco habitual a estas alturas del curso, así como con mucha imaginación en el balón parado. Y apenas sufrió un par de acometidas picantes de los baleares. Para ese menester estaba Simón. Aquellos se afanaban más por parar el partido, ir a trote en cada saque, en comer las manecillas al reloj para que el tiempo se evaporase. Al principio, cada falta suya era una tarjeta, sin pasos intermedios. Muniain tuvo una ocasión clarísima cerca del descanso tras un pase de De Marcos, pero no llegó cómodo el capitán y apenas precisó el disparo, que se encontró y recogió Rajkovic sentado tras irse al suelo.

El cuadro bilbaíno no perdía la fe. Erre que erre. Robaba mucho y alto, mientras que el Mallorca no se podía quitar de encima a los rivales. Iñaki Williams dejó la banda y se fue al centro, como segundo punta, para generar incertidumbres entre los tres centrales visitantes. Yuri estaba mucho más incisivo por su costado que De Marcos por la derecha y envió un balón al poste en el 56′. Empezaba a cundir la ansiedad, la idea de ir al área contraria atropelladamente, donde colisionaban con el mogollón balear. Valverde se lanzó pronto con los cambios, a la hora de juego, hasta poner toda la pólvora disponible sobre el césped. Hasta el chaval Malcom se estrenó para desplegar todo el arsenal ofensivo del que dispone el técnico. El cansancio empezaba a hacer mella. Raúl apenas estaba teniendo impacto en el juego y todo parecía encaminado a esos viejos empates que irritaban a Marcelino cuando se había hecho tanto y recolectado tan poco. Una jugaba con bonita triangulación permitió a Williams disponer de una gran oportunidad. Pero nada. El 0-0 no se movía.

El Mallorca sólo mostró sus garras con un remate de Kang-in, que desplegó un paradón de Simón, el portero que casi no ha visto un esférico en todo el verano pero parece que no le hace falta prepararse para sacar su clase. El equipo rojiblanco no bajaba el ritmo ni para coger impulso. La tuvieron Guruzeta, en una acción en la que de nuevo mostró unos reflejos de felino Rajkovic, rectificando tras golpear el balón en un defensa. Luego lo intentó Raúl de cabeza en plancha. Nada. Valverde saboreó el mismo vinagre que Marcelino el año pasado. El problema es de finalización, no de generación de fútbol. ¡Ay Aduriz, cuánto se te añora!

Cambios

Raúl García (56', Asier Villalibre), Oier Zarraga (56', Oihan Sancet), Antonio Sánchez (64', Dani Rodríguez), Gorka Guruzeta (69', Iker Muniain), Nico Williams (69', Alex Berenguer), Iddrisu Baba (82', Clément Grenier), Malcom Adu (85', Iñaki Williams), Lago Junior (85', Kang-In Lee), Abdón Prats (86', Vedat Muriqi)

Tarjetas

Arbitro: Javier Iglesias Villanueva
Arbitro VAR: Jesús Gil Manzano, Santiago Jaime Latre
Copete (21',Amarilla) Battaglia (30',Amarilla) Dani (34',Amarilla) Antonio Sánchez (65',Amarilla) Lee Kang-In (70',Amarilla) Grenier (75',Amarilla)

Clasificación
Clasificación PT PJ PG PE PP
8 1 1 0 1 0
9 1 1 0 1 0
10 1 1 0 1 0
11 1 1 0 1 0
12 1 1 0 1 0
Clasificación PT PJ PG PE PP
10 1 1 0 1 0
11 1 1 0 1 0
12 1 1 0 1 0
13 1 1 0 1 0
14 0 1 0 0 1

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