REAL SOCIEDAD

Un aficionado de la Real pierde un dedo en el Olímpico de Roma

Quedó seccionado tras subirse a una valla y resbalarse. Otro seguidor lo encontró, se lo dio a la mujer del afectado y se lo reimplantaron

El viaje de la Real a Roma solo ha traído malas noticias. Para empezar, 160 aficionados se quedaron colgados por la huelga de controladores aéreos en Francia. En Loiu no pudieron cumplir su deseo de volar 70 hinchas y en Biarritz, 90. Algunos de los primeros pudieron llegar a Barcelona, pero no les dio tiempo para tomar el enlace a la Ciudad Eterna. Había preparados autocares aquí para el traslado inmediato al Olímpico. Lo peor llegó una vez que arrancó el partido, con una derrota clara por 2-0 de la la Real ante la Roma que complica seriamente el pase a cuartos.

Pero hubo más, algo parecido a una película de terror. Un seguidor había viajado con su mujer a Roma el pasado lunes. Toda la familia es socia. Antes del partido, se acercaron al estadio para verlo, pero estaba cerrado. Vio a tres chavales subidos a un muro, y también se subió para poder visualizar algo y tomó un impulso hacia arriba ayudado con sus brazos. El hincha, I. G., de 50 años, se resbaló en el pretil en el que estaba subido y perdió el equilibrio, con tan mala suerte que se le quedó un dedo atrapado en unas vallas que estaban encima del muro, y el apéndice resultó amputado. Se vivieron momentos de verdadera angustia. Sufrió la amputación limpia de la falange de su dedo anular de la mano derecha.

La reconstrucción de lo ocurrido es escalofriante. Otro seguidor pudo localizar el dedo y se lo entregó a la esposa del afectado. Extravió la alianza que portaba en el mismo. Pidieron ayuda y se aproximaron unos sanitarios. Metieron el apéndice rápidamente en una bolsa con hielo. Se le trasladó de urgencia hacia el Policlínico Gemelli para una delicada cirugía. El problema era el idioma, porque no entendía nada y estaba a punto de perder el conocimiento del dolor. Su mujer fue trasladada al hospital por la policía, pero en un principio se equivocaron de centro clínico. Finalmente se le pudo implantar el anular después de cuatro horas en la mesa de operaciones e hizo noche en el centro hospitalario.

El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, le ha visitado esta mañana en el hospital de Roma junto al médico del primer equipo, Javier Barreda, y le ha ofrecido volver en la expedición oficial de la directiva y patrocinadores, en lugar del suyo con escala en Barcelona. El club ha tenido que hacerle hueco sacando del vuelo chárter a dos miembros del club. Junto a su mujer ha regresado con la expedición donostiarra a casa. Para trasladarse al Hospital Donostia para que le vuelvan a mirar. En el viaje de vuelta mostraba su resignación, pero buen humor pese a todo. No ha parado de contar la experiencia y cómo le había sorprendido ver a gente que en vez de ayudar, se paraba a sacar fotos al dedo amputado. También desvelaba que Aperribay le había regalado la camiseta con la que jugó el jueves en Roma Takefusa Kubo.

El comportamiento de la afición txuri-urdin en la capital de Italia fue ejemplar y los 1.700 hinchas desplazados pasaron unos momentos muy agradables en la previa del encuentro. Ya en el campo, hubo cierta fricción al inicio entre los aficionados porque los romanistas no permitían a los visitantes entonar sus cánticos, a los que respondían con una pitada descomunal. Pero con el pitido final, unos y otros intercambiaron bufandas y se aplaudieron mutuamente, citándose para la vuelta del próximo jueves. Sí hay que lamentar algún lanzamiento de vasos y botellas muy aislado. Para el partido de vuelta del jueves día 16 (21:00 horas), la afición de la Roma ya ha reservado los 1.800 localidades.

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