Grimaldo siempre suma

El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso es humano. Es lo que se pudo ver en su visita a Baku, donde se midió a un Qarabag que le complicó muchísimo las cosas y que estuvo a punto de rascar un punto ante el líder de la Bundesliga hasta que, una vez más, apareció Grimaldo. Un cabezazo del lateral español se estrelló en la mano de un defensor azerí, obligando de esta manera al colegiado a señalar al punto de penalti para que Boniface diera tres puntos más a los suyos. No es un triunfo cualquiera. Vale para asegurar la clasificación a la siguiente fase. Si el Molde no gana ante el Häcken, lo hará como primero de grupo y directamente a los octavos de final. Sigue invicto el Leverkusen. En todas las competiciones. Van muy en serio los de Xabi.

Tal y como era de esperar, el Leverkusen se hizo con el control del cuero y comenzó imponiendo su fútbol al Qarabag. Llegaron las ocasiones, pero ninguna de ellas clara, provocando que los de Qurbanov lograran adaptarse al juego del Leverkusen, alejar a los alemanes de su área e, incluso, llegar con peligro al marco protegido por Kovár. Fue Juninho el que tuvo la más clara al borde del descanso, pero el guardameta renano logró detener el disparo. Andaba avisado el Leverkusen.

Y la cosa no cambió en unos segundos 45 minutos en los que los locales volvieron a causar serios problemas al líder de la máxima competición alemana. El Bayer (sin n) dominaba, pero fueron los locales los que transmitían verdadera sensación de peligro. La tuvo Cafarquliyev en un remate de cabeza que se marchó alto por poco, iniciando una fase final de puro vértigo. Fue un ida y vuelta constante, justo lo que no le convenía al Leverkusen. Lunev detuvo un disparo de Boniface, en el otro lado fue Juninho el que no logró colocar una volea entre los tres palos, Benzia tampoco anduvo fino en un remate a bocajarro y una chilena de Boniface se marchó fuera rozando el travesaño. Parecía que la cosa quedaría en tablas. Hasta que apareció Grimaldo en el 90 de partido y Medvedev despejó el cabezazo del español con el brazo. El VAR pidió paso, el colegiado terminó señalando penalti y Boniface no perdonó.

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