La revancha se sirve en Sevilla

Rubbish, esa es la palabra que marca el España-Escocia que esta noche se juega en La Cartuja (sigue en directo el partido en AS.com). En inglés significa “basura”. Literalmente. Y fue ese el término al que recurrió Rodri para resumir el juego del rival en la derrota de La Roja en Glasgow (2-0) el pasado 28 de marzo. En realidad, el centrocampista del City trató de suavizar la frase, “a bit rubbish” dijo, algo así como “un poco basura”, al tiempo que miraba de reojo al traductor/a para confirmar que aquello de “ellos te provocan, pierden tiempo...” estaba bien dicho. Hay quien se ha olvidado de aquella frase, pero algunos de los 4.000 aficionados escoceses que hoy disfrutarán del veranillo sevillano la lucirán en sus camisetas. Un desplazamiento justificado, pues Escocia persigue una victoria que le dé el pasaporte a la Eurocopa 2024.

A España, mientras, no le queda otra que ganar para acercarse al liderato, que ocupa Escocia con pleno de victorias: cinco de cinco. Y lo cierto es que La Roja ha cambiado sustancialmente desde aquel batacazo en Hampden Park. Fueron los peores días de Luis de la Fuente, se puso en duda su modelo pese a que apenas había echado a andar, se barajó incluso que la RFEF estaba buscándole sustituto. No fue así y el tiempo calmó la tormenta. Tres meses después llegaría el título de la Nations League tras superar a Italia y Croacia. Y ahora, ¿cómo estamos? De la Fuente, algo más tranquilo, aunque cada vez que alguien le pregunta por la asamblea de la vergüenza y aquellos aplausos le cambie la cara; pero deportivamente, los goles han hablado por él. Lo hicieron en Tiflis, con un 1-7 en el que el hat-trick de Álvaro Morata y el debut con gol de Lamine Yamal compitieron por los titulares de prensa. Y también con el 6-0 a Chipre que sirvió para recuperar la mejor versión de Ferran Torres, quien en el Barça también ha ganado crédito.

Rodri a los mandos

Frente a Escocia, la Selección debe confirmar ese buen tono. Debe hacerlo con un lastre al que, lamentablemente, parece haberse acostumbrado: la ausencia de Pedri, a quien a última hora se unió Nico Williams, que padece un desgarro intercostal. El canario está llamado a ser el referente del juego español, pero los problemas musculares no le dejan respirar. Sin él, De la Fuente mueve fichas con las que completar ese centro del campo que tiene dueño. Me refiero a Rodri, el de la frase que tanto escoció al rival, la prolongación de Guardiola en el césped, el jugador que ha crecido en lo físico y lo mental hasta el punto de defender el pabellón español cuando hablamos de balones de oro y demás caviares.

Gavi también parece ser fijo (pese a que arrastra molestias), es un pulmón al que La Roja no puede renunciar, así que todo indica a que Mikel Merino y Fabián Ruiz pugnen por la plaza vacante en la media. Por aquellas tierras se encontrarán con quien nos destrozó en Glasgow, McTominay, autor de los dos goles de la victoria, un monolito de 1,93 que en los últimos tiempos ha descubierto una pasmosa facilidad para hacer gol. La misma que luce Morata, quien llega con la inercia que le dan sus cinco goles en LaLiga y dos en Champions.

En La Cartuja no estará Lamine Yamal, lesionado, pero sí Bryan Zaragoza, quien le ha suplido tras su recital ante el Barça. “Me siento un futbolista callejero”, decía ayer. Eso es lo que necesitamos para romper las costuras de esa Escocia que tanto daño nos hizo en Glasgow. Con basura o sin ella.

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