Si hay un problema, ahí está Arturo

Hace once meses, en el mercado de invierno, el Racing fichó a Arturo Molina, que jugaba poco en el Fuenlabrada, para corregir el exceso de vértigo al que sometían al ataque verdiblanco Soko y Camus, dos extremos verticales, profundos y devotos del uno contra uno. Pese a su indiscutible buen rendimiento, tanto vértigo mareaba a Romo. La pelota llegaba a una banda y ya no volvía, o llegaban a la línea de fondo y ponían el pase de la muerte, o perdían el balón. A suerte o a muerte en cada ataque. A Arturo lo adaptó rápidamente, a costa de Camus, al extremo izquierdo: él no se la juega, no llega a la línea de fondo, mete pocos centros decisivos, pero tampoco la pierde a menudo. Da continuidad y eso al míster le dio tranquilidad y, como es obvio, buenos resultados. Desde entonces, Arturo es uno de los suyos, de esos de los que tira en caso de duda o para tapar agujeros, como Pol Moreno, Unai Medina, Satrústegui o Fausto Tienza. El domingo, sin Juergen, Tienza y Aldasoro, Arturo Molina acudirá al rescate del centro del campo y será la pareja de Íñigo en la sala de máquinas.

Con el fichaje de Íñigo Vicente, y pese a la contratación de Alfon para jugar por la derecha (Mboula se incorporó a última hora), Arturo empezó la liga jugando de extremo derecho. No pareció la mejor opción y, además, se lesionó a los 49′ de ese partido con el Villarreal B. La baja médica le llevó a perderse los cinco siguientes partidos y regresó a la titularidad en Eibar de extremo izquierdo. El tercer partido en el que jugó de inicio fue contra el Alavés y lo hizo de mediapunta (con golazo incluido y otro anulado), mientras que el cuarto alterno la punta y la mediapunta con Pombo, según la jugada. El pasado fin de semana, en Albacete, volvió a ser mediapunta. Su sexta titularidad será el domingo y frente al Lugo, y jugará de pivote, puesto que ha ocupado episódicamente en algún partido que se puso cuesta arriba. Seis titularidades, cuatro demarcaciones distintas. Y casi siempre cumple (en la derecha no está tan claro), por eso su entrenador se está tranquilo con él. Romo prefiere gente fiable que destellos brillantes.

Con la creación de una dupla con Íñigo Sainz-Maza y Arturo Molina, el Racing presentará cuarta combinación titular distinta en la sala de máquinas. Empezaron Íñigo y Tienza en las cuatro primeras jornadas, siguió con Íñigo y Juergen a partir de la quinta, utilizando al extremeño para dar el relevo al colombiano en las segundas partes. Con la lesión de Juergen volvió Tienza y de Aldasoro ha sido el encargado de tapar la baja de Íñigo en Leganés y Albacete. Por momentos, ya después de los cambios, han pasado por ahí el propio Arturo y el pasado domingo, en el Carlos Belmonte, Pol Moreno.