La ruina del Espanyol

La situación insostenible del Espanyol con Chen Yansheng (o su hijo, Chen Chuanghuang) al mando es un clamor. Y eso que aún no se ha cerrado el actual ejercicio en Segunda, ni se sabe si repetirá en la categoría de plata, con ingresos mucho más ínfimos todavía. Entre las cifras que desgrana la publicación especializada Palco 23 este miércoles, sobre las cuentas de la temporada 2022-23, destaca la ruina que al club le han supuesto futbolistas que teóricamente debían representarle un negocio redondo, tanto en lo deportivo como en lo económico.

La compraventa de jugadores de la pasada temporada dio un resultado negativo de 2,3 millones de euros al Espanyol, a diferencia del ejercicio 2021-22 (en que ganó 1,6 millones), y eso a pesar de haber traspasado a piezas de sumo valor: Raúl de Tomás se marchó al Rayo Vallecano por 11 millones, al Shanghai Port se fueron Matías Vargas por cuatro y Wu Lei por 1,5, mientras que Adrián Embarba salió al Almería por uno, según Palco 23. Son 17,5 millones sumados en ventas, con 5,7 de beneficio y 8,1 en pérdidas. El motivo es muy sencillo: el valor de estos jugadores todavía no había sido amortizado.

Otro aspecto alarmante es el fondo de maniobra, negativo en 54, 1 millones (la diferencia entre el activo de 23,6 millones y el pasivo, de 77,7). Como consecuencia, “el club no puede hacer frente a su deuda con vencimiento menor a un año con sus recursos a corto plazo”.

Del volumen de negocio del Espanyol de 76,8 millones de euros, y de las pérdidas del ejercicio 2022-23 ya conocidas de 22,2 millones, destacan los 6,2 millones que le cuesta al club la plantilla deportiva, los técnicos y la directiva o los 3,7 que se van a “servicios profesionales independientes”. Asimismo, se ingresaron 51,3 millones de los derechos televisivos, y crecieron partidas como la publicidad (13,3), las entradas (2,7) y el merchandising (1,3).

Esta temporada, según el artículo, tan sólo se aumentarán ingresos a través de las academias de fútbol que el club tiene distribuidas por el mundo. Naturalmente, el descenso a Segunda compromete las cuentas por mucho que el pasado verano se traspasara a futbolistas por más de 30 millones. Mientras tanto, sigue en el aire la posible venta de la entidad al consorcio Mountain Star Sports Group, formado por Andrés Fassi como interlocutor y cerebro deportivo, y Alejandra de la Vega y Paul Foster como ejecutivos y socios capitalistas.

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