Iván Cédric, ‘la pantera’ del gol

A Iván Cédric casi hay que arrancarle una sonrisa cuando, después de marcar su segundo gol de la temporada, compareció ante los medios de comunicación en la sala de prensa de Zorrilla. No es que no se alegrara de marcar, sobra decirlo: es que la responsabilidad y la humildad ganaban a la felicidad, contenida detrás de la calma, la misma con la que se ha movido desde que en verano recaló en el primer equipo del Real Valladolid. Ya entonces, en una pretemporada difícil, se abrió paso a base de muchas carreras y unos cuantos goles. La Segunda es otra cosa, ciertamente, pero en seis jornadas ha anotado dos tantos que han abierto sendas victorias.

“Trabajo cada día para que las oportunidades llegue, y si el míster me da 10 minutos, 15 o los que sean, yo voy a salir a aprovecharlos”, aseveró antes de seguir trabajando “para que se sigan dando momentos como este”. Ambicioso, pero con esa idea recaló hace un año en Los Anexos. Se decía entonces que sus capacidades, sobre todo, su velocidad y su potencia física, podían acercarle si trabajaba en otras facetas de su juego como la interrelación con el mismo, asignatura aprobada en el Promesas y en la que debe seguir esforzándose ahora que está ‘con los mayores’.

Con estos ya ha puesto de manifiesto su oportunismo, y es que sus dos goles han llegado por estar en el momento justo en el lugar adecuado. Algo que a ojos de muchos puede parecer fácil, no es tal: tanto contra el Sporting como ante el Cartagena apareció en la distancia del dinero, como se diría en el argot boxístico, para, encimado por un defensa, rematar sin importar cómo lo hacía (frente al Sporting, con la planta, y contra el Efesé, de un modo casi acrobático).

Afirmar que hace gala de su humildad sería un contrasentido, y sin embargo, la muestra siempre. Aunque madrileño de nacimiento, es de origen camerunés, unas raíces que le han llevado a ser internacional en categoría sub’23 con el país africano y de las que se siente orgulloso. Después de pasar por clubes modestos como el Móstoles o Los Yébenes, pasó por el Alcorcón, adonde llegó siendo un juvenil ya con el apodo que hoy mantiene: ‘la pantera’.

Como si fuera una celebraba los goles antes; no así todavía los que ha marcado con un Real Valladolid al que desea seguir aportando en esa faceta. “Soy delantero y mi trabajo es hacer goles. Hay que tener los pies en la tierra y trabajar con humildad. Si el míster me necesita aquí, bien, y si no, bajaré al Promesas”, aseveró después de aprovechar la prolongación de Marcos André para marcar su segundo gol en Segunda. Como si fuera fácil. Serio, como si no se alegrara (aunque sí lo haga).