REAL VALLADOLD

Gonzalo Plata, un negocio ‘obligado’

El rendimiento del ecuatoriano en el Real Valladolid invitó a comprarlo hace un año... igual que a venderlo ahora, eso sí, con una plusvalía importante.

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Gonzalo Plata parecía un buen fichaje; realmente lo parecía. No era uno de esos dignos del libro de Miguel Gutiérrez, llamado a ser un fiasco por un rendimiento pobre. Aparentemente reconducida su situación después del accidente de tráfico que provocó en diciembre de 2021, acabó su primera temporada en el Real Valladolid con detractores entre la afición, pero también escuchando “Plata, quédate” en la fiesta por el ascenso a Primera, después de marcar seis goles y dar cinco asistencias.

Sus números, su edad y su potencial invitaban a afrontar una compra ‘obligada’, siempre y cuando se alcanzara un acuerdo como el logrado al final con el Sporting de Portugal, que, como casi nada en la estancia del extremo en Valladolid, no fue fácil. Lo que vio el Pucela en Plata lo vieron otros, que insistieron hasta el final y tensaron la cuerda, haciendo que la entidad leonina prefiriera una venta a otro club, para ellos más beneficiosa, y que su entorno titubeara con todo acordado.

Uno de los equipos que se interpuso, el que lo hizo con más fuerza, fue precisamente el Al Saad al que acaba de ser vendido, como explicó este lunes Fran Sánchez. “El año pasado, antes de hacer el fichaje, ya estuvieron interesados y, durante el año, varias veces hemos estado en contacto”, comentó el director deportivo, que firmó hace once meses una operación cifrada en tres millones de euros, “ni un céntimo más”, ya que la cláusula por partidos disputados solo se activaba en caso de salvación.

Las 34 apariciones en Primera División y los 2.308 minutos que disputó se convirtieron en su tope en la élite europea, tras su paso poco provechoso por la liga lusa. Pese a ser el cuarto jugador que más jugó, no cumplió las expectativas que se habían generado; fue quien más asistencias dio (cinco), pero apenas vio puerta una vez, su desborde -cosa, en parte, lógica- bajó en calidad y cantidad y su versión óptima solo se vio a chispazos, nunca a bortotones, ni tan siquiera en el Mundial.

Antes de volver de la cita de Qatar, durante un pequeño impás en el que tuvo permiso para descansar antes de volver a reincorporarse para la segunda pretemporada, empezaron las declaraciones discordantes y poco afectuosas con el Real Valladolid. Así, en la presentación de su marca personal, GP Brand, dejó en duda su permanencia en el club, de tal modo que en la prensa de su país ya se hablaba de su siguiente sueño: jugar en un club mayor. De nuevo en Ecuador, durante el verano, y de manera reiterada, hizo visible este interés, lo que generó un evidente malestar en el club.

Fran Sánchez dejó claro que sus declaraciones no le habían gustado y Paulo Pezzolano fue un paso más allá. “Si se queda acá, va a tener que cambiar algunos detalles y algunas cosas que son muy importantes para estar con nosotros”, aseguró, dejando entrever su disgusto con su conducta en los meses que estuvo a su cargo. Acabado el permiso por su estancia con su selección, la situación podía tornarse incómoda; si embargo, la oferta que realizó Al Sadd evitó que llegara a serlo tanto como podría. En un visto y no visto, hizo de Plata una historia no fugaz, pero casi.

Beneficio económico

Si hace once meses el Real Valladolid afrontó su compra empujado por varias cuestiones que invitaban a pensar en una clara rentabilidad de la operación, aunque en lo deportivo no haya terminado de ser tanto así, en el apartado económico el beneficio obtenido es importante, de tal manera que, de nuevo, se puede hablar prácticamente de ‘obligación’, después de que el descenso haya estrechado el margen de maniobra para acometer el equipo competitivo que se espera.

La venta, por 12 millones más 3 en variables, permitirá ingresar, como mínimo, 6, puesto que el club era poseedor de la mitad de pase. Así, la plusvalía es superior al doble de lo pagado, teniendo en cuenta el primer año de amortización que ha corrido en favor de la entidad, que, de paso, se quita de encima a un verso suelto, a un jugador discordante con la disciplina y el rigor profesional que Paulo Pezzolano quiere implementar en un equipo al que, al final, tampoco le ofreció tanto.

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