El Villarreal B gana sin merecerlo a un Racing demasiado romo

El Racing empieza la temporada exactamente igual que en su anterior paso por Segunda, perdiendo en el alargue un partido en el que no mereció ser derrotado. El Villarreal, que durante 90′ pareció estar más que satisfecho con el empate, de hecho, no mereció más, supo esperar su momento y se llevó los puntos con sendos goles en el 92′ y en el 95′. A estas alturas, jornada 1 y con el mercado abierto, falta ritmo, faltan fichajes y, en el caso del Racing, falta talento ofensivo. El filial amarillo, aunque tiene fuera de forma a pesos pesados como Ontiveros o Fer Niño, sí que tiene ese talento. Y paciencia. Y, hoy, algo de suerte.

Con los dos entrenadores apostando por dar continuidad a los que les llevaron al ascenso, siete de los titulares del Racing lo eran en Primera RFEF y ocho en el filial amarillo, el partido arrancó con demasiados nervios. Nadie era capaz de encadenar tres pases seguidos, lo que llevaba a un juego deslabazado y carente de llegada. A los 20′ de partido, no obstante, comenzaron a crecer esos dos pretorianos que tiene Romo en la sala de máquinas, Tienza e Íñigo, se comieron a Del Moral y a Carlo y obligaron al Villarreal B a recular 20 metros. Más intensos y en campo del rival, los racinguistas eran mejores, pero incapaces de producir en el área amarilla.

Mientras el filial del submarino naufragaba en su intento de salir de su campo al toque, el problema de los racinguistas estaba en la línea de tres cuartos. Sin uno contra uno por fuera, faltos de desborde en el uno contra uno Arturo e Íñigo Vicente, el peligro del Racing se adivinaba en cuanto saltara el chispazo entre la calidad de Juergen y la agresividad de Matheus. Amenazaron más que dieron. En el otro lado, Fer Niño y Collado, aislados, eran meros espectadores. Al descanso se marchó el Racing con la sensación de haber sido mejor, pero sin una sola ocasión de gol con la que emocionarse.

Al entrenador del Racing le debía estar pareciendo lo mismo que a los que estaban en la grada, que faltaba filo, desborde, profundidad y que los de las bandas no podían aportarlo. De saque, sustituyó a Íñigo Vicente por Camus, blanco y negro, y a los cuatro minutos, por lesión, debió cambiar a Arturo. Sorprendentemente, Romo optó por meter un segundo lateral, Dani Fernández, en lugar de un extremo puro como Alfon, que calentaba en la banda. En cualquier caso, los locales dieron un paso adelante y daban más sensación de peligro que en la primera mitad. El Villarreal B se limitaba a achicar agua. Con orden y cierto estilo, eso es cierto.

Durante muchos minutos El Sardinero se ilusionó con una posible victoria. Camus generaba peligro por la izquierda, los dos pivotes seguían imperiales y los amarillos no pasaban del centro del campo. Pero la verdad es que Jorgensen no tuvo que hacer ni una parada. Tampoco Parera, que era un espectador. Aunque en los últimos minutos, ya con Medina lesionado y sin posibilidad de cambio, el Villarreal igualó con los cambios la dinámica de juego, parecía más cerca el gol local, pero en el 92′, en una segunda jugada tras córner, Íñiguez se encontró un balón suelto en el área y no perdonó. Lo hizo Aldasoro a continuación para el 1-1 y en la contra, ya en el límite del alargue, Arana resolvió una contra con un gran zapatazo desde fuera del área. Demasiado premio para el Villarreal y el Racing comienza viviendo en el día de la marmota, reviviendo cuando Ania perdió en el inicio del campeonato seis partidos casi seguidos en el alargue.