Cissé, vuelve el canterano pródigo

Seydouba Cissé (Guinea, 21 años) irrumpió en el Leganés en modo estelar. Tardó en asentarse en el primer equipo, pero una vez lo hizo la pasada temporada (la de su debut), se convirtió en un pilar básico y, como tal, inamovible. Relevancia supina en los planes de Nafti (aunque se estrenó con Garitano) que repitió en el inicio actual de curso con Idiakez. El técnico vasco, sin embargo, le retiró mediado el inicio los galones para inyectarle una dosis de banquillo repetida que, más adelante, se ha revelado como clave en la excelente racha reciente de los pepineros (9 de 12 puntos posibles). Desde la debacle de Albacete, el joven mediocampista ha recuperado el puesto y su rendimiento para ser una de las piezas que explica el resurgir blanquiazul. Es el retorno del canterano pródigo a la primera línea de la pizarra.

En el triunfo frente al Tenerife (2-1) Cissé dio un recital, especialmente en la que se ha convertido en una de sus especialidades: los pases al hueco. Dice la inteligencia artificial de Olocip que no hay en la plantilla del Leganés especialista en esta suerte más avezado que él, que Cissé. Ante los chicharreros lo demostró dejando sólo a Juan Muñoz en la acción del 1-0 anulado al sevillano por ajustadísimo fuera de juego. En la segunda mitad le regaló otro tanto al delantero, pero Juan Soriano desbarató la oportunidad. El butrón entre líneas que dejó el chico fue objeto de ovación sonora en Butarque. Intramuros del feudo blanquiazul, Cissé es ídolo XXL.

Brillante en la pizarra

Pero en este partido Cissé hizo aún mucho más. Por ejemplo, mentir. Deportivamente hablando, se entiende. Idiakez lo situó como tercer centrocampista en una hipotética línea de tres medio centros, pero en verdad ejerció a medio camino entre el interior derecho en una línea de cuatro y un mediapunta en un rombo en la medular. Ese ratonil rol indefinido le permite lucirse en la creación de un costado, el diestro, mucho más ofensivo que el zurdo. Sirva como referencia que, ante el Tenerife, el Leganés atacó un 50,1% por ese costado frente al 31,2% del lado opuesto.

También lo hace más indetectable para los rivales, ante los que reacciona con frialdad en la salida de balón, arriesgando ahora menos de lo que lo hizo a principio de temporada, cuando alguna frivolidad en la creación le costó algún susto al Lega y, quién sabe, ayudó a Idiakez a dejarlo fuera en algunos partidos del campeonato.

Aquello ya parece cosa del pasado. Contra el Tenerife tuvo un porcentaje de acierto del 86,7% y también lució en defensa, protagonizando hasta ocho acciones en la zaga entre despejes, robos, intercepciones o bloqueos. Sólo falló en una de las entradas que intentó. Atrás Cissé también luce apoyado por una mejoría física que le otorga un amplio despliegue, aunque no ilimitado.

Presencia física

“A Cissé lo he cambiado porque se ha dado una paliza. Cissé ha hecho un partidazo. Pero es que detrás de él está Fede Vico o Raba. Hay competencia. Tengo que aprovecharla. A los jugadores les pido que den ritmo porque hay cambios”, justificaba Idiakez, algo molesto, el porqué de la sustitución del chaval en el 80′. En verdad Cissé cumplió a la perfección con la orden del técnico, insistente en la idea de que los titulares se dejen la vida, agoten sus pulmones y, cuando no puedan más, reclamen el cambio ayudados por las cinco sustituciones que ahora permite el reglamento.

Crecido en su confianza y seguramente ayudado por el nuevo sistema de tres centrales (con carrileros de apoyo parece sentirse más cómodo) Cissé aparenta haber dejado atrás el periodo oscuro de cuatro partidos en los que no ejerció de titular.

Ante Eibar (18′) y Albacete (20′) por lo menos jugó. Ante Las Palmas y Burgos, ni eso. Tiempo de participación mermada ante la que ha respondido mejorando en el día a día y en los partidos. Buena señal para un Leganés que confía en convertirlo en un jugador todavía más relevante de lo que ya es.