Almería y Ponferrada, origen y destino del viaje de Vitolo
El 7 de Las Palmas volvió a jugar, nueve años después, un partido de Segunda División con su club de origen. Mañana regresa al Estadio de Gran Canaria.
“Ese momento está más cerca que lejos”. Así hablaba García Pimienta antes de acometer, la semana pasada, la doble cita peninsular de Las Palmas, con paradas en Lugo y Ponferrada, ambas finalmente solventadas con éxito y mismo resultado (0-1), sobre Vitolo. Se refería, claro, al debut del extremo en la presente temporada, renqueante como sigue de diversos problemas físicos que lastraron sobremanera su puesta a punto, cada día más cerca de ser total. Ni sabe cuántas veces se dilató su regreso. Finalmente, la tercera etapa de Vitolo en Las Palmas se inició con esos tres minutos jugados el pasado sábado en Ponferrada, cuando sustituyó a Loiodice en el minuto 87. Dicha circunstancia vino además a completar el particular viaje de Vitolo por la élite del fútbol patrio.
Ocurre que, hace nueve años, Vitolo jugó su último partido en Segunda División. Fue en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo en aquella agónica primera eliminatoria de los playoff de ascenso, cuando Las Palmas claudicó ante el Almería. Aquel día, 16 de junio de 2013, el extremo grancanario disputó los 120 minutos, prórroga incluida, para acabar claudicando su equipo (2-1).
Semanas después se certificó su traspaso al Sevilla, donde estuvo cuatro temporadas cubriéndose de oro: tres Europa League, internacional con la selección absoluta… Tras un polémico traspaso al Atlético de Madrid con cesión incluida a Las Palmas, en Primera, le tocó un nuevo préstamo al Getafe, donde casi ni se le vio. Y ahora lucha por el ascenso a Primera con su club de origen, allí donde hace cinco años lo dejó, promesa inconclusa, un regreso al futuro por concretar.
278 días.
De hecho, en el club de la periferia madrileña jugó su último partido hace ya 278 días, el 9 de enero de 2022, cuando el Getafe claudicó en Sevilla (1-0), la que un día fue su morada. Asimismo, Vitolo volverá a jugar un partido en el Estadio de Gran Canaria, y con la camiseta de Las Palmas, casi cinco años después. En aquella espantosa temporada para su club de siempre, el internacional jugó su último duelo en casa el 19 de noviembre de 2017. Para no fallar a su costumbre de aquella fatídica última temporada en Primera División, la UD también perdió ese día contra el Levante (0-2).
Sea como fuere, el partido del pasado en sábado en Ponferrada supuso completar, nueve años después, el particular viaje de Vitolo por la cima del fútbol español y europeo. Esos tres minutos en El Toralín suponen el inicio de su tercera etapa en Las Palmas, tal vez la definitiva. Se espera con devoción su presencia, mañana, contra el Cartagena. Cinco años después se le espera en casa y al calor de una afición y club con los que nunca pareció haber un tiempo pretérito. Su cesión por parte del Atlético de Madrid está pactada hasta el próximo 30 de junio pero clubes y jugador parecen condenados a entenderse. Especialmente estos dos últimos. Como toda la vida.