REAL MADRID | LITERATURA DEPORTIVA
Tomás Guasch: “Zidanes y Cargoles es una visión del Madrid un tanto extravagante”
El periodista Tomás Guasch hace un repaso por la historia del Madrid, junto al publicista Antonio Pacheco, cargado de ocurrencias. “El mayor mangamiento”, dice Guasch, “que el Madrid no haya sido premio Princesa de Asturias.
-Usando una frase que es muy suya en tono de broma. ¿De dónde sale este porro?
-Pues este porro nace de una llamada de Antonio Pacheco, que es uno de los publicistas de vanguardia de España al que yo no conocía. Él, siendo un gran amante del baloncesto, había hecho más cosas. Carlos Marañón es quien nos puso en contacto. Y el resultado final es una visión de la historia del Madrid un tanto extravagante. Prueba de ello es la sorpresa que se llevó Pep Cargol cuando se vio en el titular. Nosotros llegamos a la conclusión de que con todo lo bueno que ha hecho el equipo de fútbol, también hay una sección de baloncesto que ha sido diez veces campeona de Europa.
-¿Qué encontrará el lector?
-Pues una visión de la historia blanca de cosas tan raras que van desde el ‘Madrid rojo’ hasta Faubert. La historia del Madrid da para mucho, pero esta vez está tratada de un modo desenfadado… Y por favor, hay un señor que ha intervenido, Lawerta, que ha hecho la portada y todas las ilustraciones que son una delicia. Se está vendiendo muy bien porque es una cosa diferente, sí.
-El libro empieza fuerte: ‘Estrellao: los fichajes que salieron regular’. Para usted, ¿cuál se lleva la palma?
-Hombre, hay varios. A mí me hizo mucha gracia lo de Ognjenovic, un tipo que nos presentaron como El Átomo. Y esto es una coña de Lorenzo Sanz, que en gloria esté. Porque a éste nadie le había llamado así en su vida. Y hay otro caso único, el de Petkovic, un jugador que no funcionó en el Madrid y que se salió en Brasil… ¡No en Lituania, oiga! Se convirtió en una estrella del Flamengo y fue un personaje idolatrado. Pero bueno, hay muchos…
-¿Rüdiger tiene pinta de central de los de antes?
-Antonio y yo compartimos una idea, que el fútbol moderno ha creado grandes futbolistas, pero malísimos defensores. Hay tíos que juegan muy bien desde atrás, que ponen una pelota a 40 metros, pero que no defienden un pijo. Y Rüdiger parece ‘El último mohicano’. Un tío fuerte, duro, que va ‘palante’ y que se merecía un huequito en el libro por ser el último eslabón.
-¿Antes se repartía más?
-Sí hombre, no tiene nada que ver. La carrera de Messi y Cristiano habría sido imposible hace 20 o 30 años. ¡Lo que le han pegado a Maradona necesitarían estos cinco vidas para vivirlo!
-¿Al Madrid le han mangado más de lo que ha mangado?
-Se refiere usted al capítulo de ‘Los 10 mangamientos’, claro. Hay mangamientos en el campo y fuera. A mí hay un detalle que es único, que el Madrid no haya sido premio Príncipe o Princesa de Asturias. Esto sólo puede pasar en España, es un mangamiento social intolerable. Las bases del premio dicen, oiga: el éxito deportivo, en cuando a promoción del deporte y demás... ¿Qué más puede hacer el Madrid para esto? Bueno, le dieron un premio a la selección de Brasil del 2002. Hombre, ¡habérselo dado a Dembelé!
-Eligen Antonio Antonio Pacheco y usted su quinteto ideal en baloncesto y el once de fútbol… ¿Un ejercicio imposible?
-Es un brindis al sol divertido pero difícil. Hay gente muy buena en cada época. Te pueden salir tres, es evidente. Por ejemplo, Antonio no es muy de Raúl y yo creo que es el mejor futbolista español de la historia, fíjate tú. ¡Querido Pacheco, es que lo dice hasta Guardiola, no lo dice Tomás Guasch! Puede que haya más unanimidad en el baloncesto, aunque también es difícil. ¿Pones a Emiliano por encima de Carroll? ¿Quién fue Emiliano? Pues un señor que tiraba como el americano, igual, y que tenía una rapidez y un desplazamiento en el contragolpe poco vistos en aquella época. Pero es que oiga, son ciento y pico años de historia.
-Hasta Mbappé tiene su pellizquito, está en la historia del Madrid sin estar en el Madrid.
-Sí, sí, sí… Mbappé era un hombre al que se le hizo aquí un recibimiento en la eliminatoria de Champions. La cosa más surrealista que se ha visto. Un tío que te estaba echando de la Copa de Europa y la gente aplaudía. ¡Este va a ser nuestro! Pues al final nada. Y había que hacerle un guiño si se trata de dar una visión extravagante de la historia del Madrid. Porque pocas extravagancias hay como la suya. Que a lo mejor no se ha escrito el último capítulo.