La transformación de Güler
Ha potenciado su trabajo de gimnasio y ahora pesa... ¡8 kilos más que cuando llegó! El cuerpo técnico le aconsejó tener más corpulencia para la élite. Estos meses tendrá más minutos.
De 62, a 70 kilos. Como un pequeño homenaje a Cambio Radical, esa ha sido la evolución de Güler en nueve meses. Una transformación por recomendación. Ya en sus primeros entrenamientos, bajo el asfixiante calor de julio (firmó el día 6), se detectaron dos cosas: poseía un talento mayúsculo y un físico minúsculo. Infrecuente en lo más alto. Güler era un chico muy delgado, sin apenas volumen muscular y cuya báscula marcaba 62 kilos. Así llegó del Fenerbahçe. Y el cuerpo técnico le fue claro: debía hacer trabajo de gimnasio. Algo en lo que poco a poco ha ido aplicándose... y ya da sus frutos: actualmente pesa 70 kilos, ocho más que cuando llegó. Es otro Arda.
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Como un diésel, el motor tardó en calentarse. Principalmente porque encadenó tres lesiones, un infierno que le hizo estar “deprimido”. La primera, a finales de julio: sufrió una afectación del menisco interno de la rodilla derecha. Tuvo que someterse a una leve intervención quirúrgica y encadenó seis semanas de baja. Iba a volver en la jornada 7, frente a Las Palmas, pero la misma mañana de la convocatoria... crack: lesión en el músculo recto anterior izquierdo, tres semanas de baja. Llegó noviembre y con él, la sensación de que a la tercera sería la vencida. Pero no: en la víspera del Valencia, sufrió una rotura en el cuádriceps derecho, mes y medio fuera. Tendría que ser a la cuarta. Obligado a esperar hasta 2024.
Primero, el tren inferior
Durante ese calvario, Güler compaginó los trabajos de rehabilitación con sesiones de gimnasio, pero fue a partir de enero cuando todo subió una marcha. Desde su debut en Aranda no ha vuelto a caer lesionado y, aunque los minutos son mínimos (98′ en total), su estado físico ya le permite dar el 200%. Y ha hecho caso al staff. Lo primordial fue fortalecer su tren inferior, en unos trabajos dirigidos a tener una musculatura que soporte la intensidad de los entrenamientos y le permita evadir lesiones. Una vez que eso ha sucedido, se ha pasado al tren superior, donde ya se ven resultados.
Güler pesa, en estos momentos, 70 kilos. Se ha aplicado en las labores anaeróbicas sin descanso, casi literal: sin ir más lejos, aprovechó los dos días libres de Ancelotti por ganar al Athletic (lunes y martes) para desplazarse a Málaga, donde hizo largas sesiones de gimnasio. Horas y horas. De hecho, es donde decidió hacer públicas las primeras fotografías de sus progresos. Más volumen muscular, más fortaleza física. Su evolución responde al consejo del cuerpo técnico, que lo ve cada día más preparado para la élite.
Minutos por meritocracia
Tal es el asunto, que será más protagonista en la recta final de curso. “Es un gran talento, nosotros lo vemos todos los días. Tiene futuro aquí”, dijo Ancelotti tras su estreno goleador frente al Celta. Desde entonces ha jugado 6 minutos (en dos partidos) y en ellos, ha protagonizado un larguero desde 50 metros. Tiene calidad y hambre de oportunidades. En el vestuario lo saben más que de sobra. Y Carletto está decidido a que, aunque la competencia sea feroz y ponerlo suponga quitar a alguien, debe tener más minutos en esta recta final de temporada. Los va a tener. Se lo ha ganado. Güler está creciendo. Y no sólo muscularmente, pero también. En concreto, ocho kilos.