Correa tiene cuerda

Parece un lugar común. Una frase hecha. Esa que se posa sobre cualquier jugador que ha sobresalido en un puñado de partidos, sobre todo cuando se dice adiós al verano, al cierre de mercado que deja las plantillas como están. Y en la del Atlético de Madrid desde hace diez años lo hace ese nombre, Ángel Correa, que es de verdad uno de los hombres para el Cholo. Lo que ha ocurrido antes de este parón de selecciones de septiembre es botón.

Porque Correa, otro verano más, se planteó el irse. En su boca ese tornillo atascado, ese acero a veces imposible de masticar: que lo que él le cuesta tanto, ganarse un sitio en la titularidad, en seguida lo pierde, para otros es tan fácil. Y este verano vivió dos escenarios muy distintos. El primero era con una delantera con fichaje (ya Sorloth, quien fue; ya Dovbyk, quien no) y dos viejos conocidos, Griezmann y Morata, con los que iba a tener presencia asegurada. El segundo, con lo que ha sido, el fichaje (Sorloth) y el súper fichaje, Julián Alvarez, el hombre que juega en su sitio en Argentina. Pero Angelito, así le llaman en el vestuario, eligió quedarse. Otra vez. Para sumar y solo sumar. San Mamés es la foto. Tres minutos llevaba sobre el césped cuando marcó. El único gol del partido. El gol de la victoria para el Atlético. ¿Cuánto vale tener en una plantilla a un jugador como él? Si se miran los números solo se puede decir: “Oro”. Con las sensaciones también.

Siempre goles

Pero primero los números: ¿jugadores que marcaron en más partidos de Primeras y nunca perdieron? Pues ahí aparece Angelito: 47 victorias y nueve empates. Y una Liga, además, atada a la punta de su bota para siempre. En Valladolid. Su puntín. Aquella de la 20-21 que fue la segunda del Cholo, la siempre para atada a ese ángel de la guarda que hace diez temporadas que llegó al Atlético para hacerlo más grande.

La temporada pasada estuvo a punto de ser la última. Fue el verano, una oferta de Arabia que subió la voz en enero como cantos de sirenas en los oídos, las ganas de cambiar, de ser primera espada y no sentirse siempre segunda, pero terminó no siendo y cuando Ángel Correa volvió a posarse sobre el Atlético de nuevo los números confirmaron las sensaciones: que nadie suma como él. Siete goles desde enero, desde que decidió que su futuro seguiría siendo su presente, el Cholo, el Atlético.

En estos días sin internacionales, con el Atlético jugando contra el C, el CUC Villalba, el goleador del Cholo fue Correa. Ese jugador que solo ha disputado un 23% de los minutos en la temporada y que ya son tres puntos, los de San Mamés; ese Correa que es tanto, que lo ha sido desde hace diez años. En cuanto regrese la Liga, el próximo domingo a las 21:00 para el Atleti, cómo no, será un maratón, siete en un mes, volverá a demostrarlo. Solo necesita un centímetro de hierba. Tres minutos. Bendito siempre fichaje.

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