Mboula se desata con José Alberto

Aunque ha habido futbolistas que han pasado con el cambio de entrenador del banquillo al campo, como Germán o Saúl García, o al revés, como Pol Moreno y Satrústegui, de no jugar nada a hacerlo todo, o viceversa, hay un futbolista que juega lo mismo con José Alberto que lo que jugaba con Guillermo Fernández Romo y que, sin embargo, parece otro: Jordi Mboula. El extremo catalán ha pasado de ser objeto de críticas por su rendimiento y motivo de recriminación a Romo por ponerle, a ser poco menos que imparable de la mano de José Alberto: cuatro goles, de soberbia factura todso ellos en las ocho jornadas en las que ha estado a las órdenes del asturiano.

La verdad es que la abismal diferencia entre los números que ofrece Jordi con uno u otro entrenador es dificilmente explicable. Juega lo mismo, en la misma posición, con el mismo sistema y generalmente con los mismo compañeros el la zona ofensiva del equipo. Si acaso, es verdad que ahora parte en ocasiones (no siempre, como se pudo ver en Villarreal) desde una posición más adelantada y, sobre todo, que José Alberto le exige cargar el área para buscar el remate cuando la jugada avanza por el costado izquierdo, en vez de estar atento a cortar el posible contrataque rival como pasaba antes. Así lo resume el propio Mboula: “Con el sistema que practicamos ahora estoy un poco más cerrado y más cerca del área, pero alfinal es que he tenido más acierto, porque en la primera parte de la temporada también tuve ocasiones y no acerté”.

Con Romo, Jordi Mboula se perdió las dos primeras jornadas, porque aun era jugador del Mallorca, y partió desde el banquillo en la tercera fecha, contra el Oviedo, porque estaba recién aterrizado en Santander. Desde entonces, Romo le puso en el once inicial en todas las jornadas menos en Andorra, en donde apostó por Camus en la derecha y Jordi no entró al campo hasta el 61′, y en el último partido del madrileño en el banquillo, ante el Mirandés, en el que a Romo le dio por probar con doble lateral, Dani Fernández y Unai Medina, en el carril derecho y Mboula entró por el vasco en el 59′. El único partido en el que Romo dejó a Mboula el partido completo en el campo fue frente al Real Zaragoza.

La llegada de José Alberto no modificó la titularidad de Jordi Mboula, pero desde el primer partido ya se notó la diferencia en la puntería del catalán. En el espectacular 0-3 en Cartagena con el que se estrenó el ovetense, Mboula marcó su primer gol con la camiseta racinguista, una gran internada por su banda, que resolvió con recorte hacia dentro y zurdazo al palo largo. Un golazo, el primero de los cuatro que suma ya, todos bellísimos. El que marcó al Sporting fue maradoniano, con una conducción de 50 metros, el del Leganés fue un cabezazo de póster a un gran pase de Íñigo Vicente, que fue el que le puso una asistencia de oro en La Cerámica que resolvió el catalán con una picada extraordinaria por encima del portero. Este último tanto ha sido el único de Mboula que no ha servido para conseguir una victoria.