Deberes para el ‘Toro’

Álvaro Rodríguez (19 años) tuvo un fin de semana de cal y arena. Con el equipo en barbecho ante el Ceuta, que siguió la pie de la letra el plan en el primer tiempo para desactivar el fútbol del filial blanco (un tímido cabezazo de Asencio en el 44′ fue el único tiro entre los tres palos hasta entonces), Raúl movió el árbol en el descanso. El ‘Toro’ saltó al Di Stéfano y la dinámica mutó. “Sabíamos que es un equipo al que si le quitas el juego interior, sufre. Nos juntamos muy bien, sabíamos que nos generarían menos problemas al no estar Álvaro”, reconoció tras el partido José Juan Romero, técnico ceutí. Y es que, apenas nueve minutos después de su ingreso, el ‘Toro’ cabeceó un centro de Vinicius Tobias. La alegría duró poco, Romera empató tres minutos después, pero el Castilla, aunque el 1-1 no se movió, tuvo más mordiente con el de Palamós sobre el verde. No obstante, Raúl no quiso hiperbolizar en sala de prensa y, preguntado por el ariete, midió los elogios y utilizó el altavoz para seguir educando.

“Estoy contento de que haya salido y metido un gol, pero necesita mucha continuidad en el trabajo semanal y estamos buscando su mejor versión. No está al nivel que puede coger, por eso está empezando desde el banquillo. Porque no está para mucho más de 45 o 30 minutos. Esperemos que pueda completar semanas con más confianza”, explicó el Siete. Como un buen profesor, Raúl optó por poner deberes a su pupilo para que siga creciendo y recuperar el brillo que llevó a Ancelotti a declarar el 25 de febrero que esta temporada sería carne de primer equipo. Carletto lo afirmó contundente tras el imperial testarazo de Álvaro en el derbi ante el Atleti.

Sin embargo, ocho meses después, el contexto es distinto. Aunque tenía papeletas, finalmente no viajó a la gira estival por Estados Unidos y unas molestias en la espalda le hicieron comenzar la temporada con el Castilla al trantrán. Titular en el estreno contra el Melilla, se perdió los tres duelos siguientes y, tras volver en Mérida, su minutaje ha sido un vaivén. En total, dos tantos y una asistencia en 353 minutos (siete partidos). El ‘Toro’ participa en un gol cada 117,6′, números que no encienden alarma alguna. Álvaro no es un killer al uso, sino un delantero cuya envergadura (193 centímetros) y capacidad asociativa suma y da alternativas. Eso atrajo a Ancelotti y a un Raúl que, a pesar de ponerle tarea, es su gran valedor: en la 2021-22 auspició su salto del Juvenil B, directo al Castilla. Y nada ha cambiado en ese respecto.

Confianza intacta

Si hay algo claro es que la confianza en el delantero, por parte del Madrid y de Raúl, sigue intacta. De ahí esas pinceladas del técnico, buscando sacar lo mejor de un futbolista que escuchó cantos de sirena en verano de clubes de Primera y Segunda, con especial énfasis del Espanyol en el tramo final del mercado, pero que tuvo claro que esta temporada sería uno de los líderes del Castilla tras la marcha de los Arribas, Rafa Marín o Dotor.

El filial madridista necesita al mejor Álvaro. Tanto sus goles como el resto de registros que tiene en su mochila de cualidades. Esa es una de las claves para encontrar el rumbo y enterrar la irregularidad que tiene a los de Raúl en 12ª posición, a cuatro puntos del playoff. En los últimos encuentros, Raúl ha optado por Gonzalo en punta, acompañado por un Nico Paz que se ha enfundado el traje de pichichi blanco. El ‘Toro’ tiene deberes: ganarse de nuevo el hueco entre los indiscutibles para que ese tridente sea el trampolín del Castilla hacia la pelea por el anhelado ascenso.

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