La candidatura de El Molinón vive sus horas críticas y está a punto de caer
El Ayuntamiento de Gijón confirma en un comunicado que se niega a firmar el pliego de condiciones que exige la FIFA para ser una de las sedes mundialistas.
La candidatura de El Molinón, por ende, de Gijón y de Asturias para ser sede una de las sedes españolas del Mundial 2030 agoniza y vive sus horas críticas. El estadio más antiguo del fútbol español, el principal valor de esta candidatura, está a punto de ver cómo se cae de la carrera final por convertirse de nuevo en mundialista, como lo fue en 1982, por la negativa del Ayuntamiento de Gijón a firmar el pliego de condiciones que exige la FIFA para formar parte de la organización de la Copa del Mundo.
El Molinón precisamente acogió este jueves una reunión en la que participaron los principales actores del equipo de gobierno municipal (Foro y PP), el Sporting, la Federación Española de Fútbol --junto con representantes de la Federación de Fútbol del Principado--, la Cámara de Comercio de Gijón y la Universidad de Oviedo, como la institución encargada de elaborar un estudio de impacto económico que aún no está finalizado. Los datos facilitados en la reunión son parciales porque falta la parte fundamental del trabajo precisamente porque el grupo de trabajo no dispone tampoco del plan de financiación del proyecto que se le viene reclamando a Orlegi Sports, propietario del Sporting y principal impulsor de la candidatura.
La reunión pretendía convencer al Ayuntamiento de Gijón de la necesidad de firmar el documento de compromiso con la FIFA porque, básicamente, se agota el plazo para hacerlo. En principio, la fecha era este viernes 23 de febrero, pero fue precisamente María Tato, una de las principales responsables de la Comisión Técnica de la RFEF que evalúa todas las candidaturas, la que se trasladó de nuevo a Gijón (ya estuvo en la ciudad en varias ocasiones) esta vez para aclarar los requisitos del máximo organismo del fútbol internacional.
Una vez concluida la reunión, a la que no acudió representante alguno del Gobierno del Principado de Asturias que el pasado 8 de febrero firmó el protocolo de apoyo institucional para sumarse al proyecto, el Ayuntamiento de Gijón hacía público un comunicado oficial en el que “reitera su negativa a aceptar las exigencias de la FIFA sin conocer el coste total del proyecto Asturias 2030 y su financiación”.
Cheque en blanco
El Gobierno municipal añade en la nota que “la única vía propuesta por Orlegi Sports, propietarios del Sporting, supone firmar un cheque en blanco a la FIFA con dinero público, decisión que entiende como una irresponsabilidad”. E insiste en que “el primer paso para cualquier operación de este tipo debe ser saber cuánto cuesta la organización y quién la paga, cuestión que tras un año y medio le ha sido imposible conocer”.
El Ayuntamiento de Gijón alude a la ausencia de representantes del Principado en la reunión, que no ha sido justificada, y dice respecto al informe de de la Universidad de Oviedo que “no aporta ninguna luz sobre el momento actual del proyecto al considerar imposible cuantificar los beneficios del evento sin conocer previamente el coste”. En este sentido, ese estudio parcial presentado en el encuentro apunta a 250 millones de euros el beneficio que dejaría el Mundial durante los días de celebración en esta sede, a través básicamente de la presencia de aficionados, de turistas, en alojamientos y hostelería.
Por último, el Ayuntamiento reivindica su “interés en convertirse en sede del Mundial 2030 con las mejores garantías organizativas y financieras”. Es decir, con esta última frase no ha querido cerrar definitivamente esta candidatura por lo que pueda suceder en las próximas horas o incluso días, si es que el plazo para firmar el documento de la FIFA es flexible, como indican algunas fuentes.
La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, delegó la representación municipal en la reunión en sus dos tenientes de alcaldía, la campeona olímpica Ángela Pumariega (PP) y el concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador (Foro). María Tato representó a la Federación Española, junto al vicepresidente de la federación asturiana y el vicesecretario, Pablo Menéndez y Daniel Pinín, respectivamente, aunque también estuvo a través de videoconferencia su presidente José Ramón Cuetos Lobo. El presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño, también asistió al encuentro, así como Levi Pérez Carcedo, responsable del estudio de impacto económico encargado al Departamento de Economía de la Universidad de Oviedo.
El Sporting fue el convocante de la reunión y contó con la presencia del presidente ejecutivo, David Guerra, el responsable de Relaciones Institucionales, Joaquín Alonso, así como con el vicepresidente de Orlegi Sports, Alfonso Villalva, que participó de forma telemática.
En este lado, tampoco hubo presencia física de algún representante de la empresa KPMG a la que la propiedad del club rojiblanco ha implicado en el proyecto aunque para elaborar exclusivamente el modelo de negocio y explotación del estadio, del que debería salir una parte importante de la financiación. Este encargo, pendiente de concretarse, afecta al estudio general del impacto económico que supondría el Mundial 2030 para Gijón y Asturias, que puede quedarse en nada si en las próximas horas no hay un giro en el rumbo de los acontecimientos.