Xabi salva los muebles

El Bayer Leverkusen también parece haberse abonado a la épica en la Europa League. Después de decidir numeroso partidos en la Bundesliga sobre la bocina, el conjunto dirigido por Xabi Alonso rascó un 2-2 de su visita al Qarabag gracias a un tanto de Schick en el último suspiro. Estuvo a punto de sufrir el líder de la Bundesliga su primera derrota de la temporada al verse 2-0 por detrás al descanso, pero los cambios del entrenador español activaron a los suyos en el segundo período y fueron clave a la hora de cerrar en tablas un partido en el que el ex bético Borja Iglesias partió de titular, pero sigue esperando su primer tanto con la camiseta renana.

Xabi concedió descanso a prácticamente todo su once titular y no tardó en arrepentirse. El técnico tolosarra se quedó en shock bajo el chaparrón de Bakú cuando vio cómo el Qarabag le pasó por encima a su equipo como ningún rival lo había hecho en lo que iba de temporada. El cuadro azerbaiyano le discutió la posesión, se mostró muchísimo más vivo que los alemanes y, arriba, hizo mucho daño por medio del imperial Juninho, que fue una auténtica pesadilla para un Tah al que le temblaban las piernas cada vez que le encaraba el brasileño.

Pasado el ecuador de la primera mitad, el conjunto dirigido por Qurbanov se lo terminó de creer y, tras un paradón del meta Kovar ante el desatado Juninho y un disparo al palo de Jankovic, obtuvo su merecida recompensa. Juninho le robó el cuero a Tah, se plantó en el área y le sirvió el primero en bandeja a un Benzia que fusiló a Kovar. Intentó recomponerse el Leverkusen, pero no pudo ante el asfixiante Qarabag. Fueron a por más los locales. Y lo consiguieron en un mano a mano de Juninho con Kovar que resolvió por medio de un toque sutil, levantando el esférico haciéndolo botar justo antes del guardameta checo para que le pasara por encima de la pierna y pudiera empujarlo hacia el fondo de la portería vacía. Golazo.

Xabi no se lo pensó dos veces y dio entrada a Frimpong, Xhaka y Wirtz para ir a por la remontada en los segundos 45 minutos. Se vio otro Leverkusen. Volvió a ser ese equipo tan reconocible que masticaba cada uno de sus ataques y esperaba el error de su rival para castigarlo. Y así fue. Una pérdida incomprensible del Qarabag dejó a Wirtz sólo ante Lunev y al crack no le tembló el pulso a la hora de picarla por encima del cancerbero ruso. 2-1. Quiso más el Leverkusen. Fue con todo a por el segundo. Y, tras salvarse en otro mano a mano de Juninho con Kovar en el que se lesionó el ariete brasileño, empató el duelo gracias a un cabezazo de Schick. Por los pelos.