Otra ‘aspirina’ para el Bayer de Xabi Alonso

Hace dos meses y medio, el Bayer era un herido en estado crítico. Cuando Xabi Alonso sustituyó en el banquillo a Gerardo Seoane en octubre, el equipo alemán se desangraba en la Bundesliga, en la que tras ganar un solo partido en ocho jornadas ocupaba los puestos de descenso. También estaba eliminado de la Pokal y sus opciones de salvar la papeleta en la Champions eran escasas. Xabi llegó a Leverkusen como un parche cuya única función era tapar una hemorragia incesante y 60 días después, el Bayer acumula cinco victorias consecutivas en liga y sigue vivo en la Europa League. No hay duda de que Xabi se ha mimetizado con el club de las aspirinas y ha pasado de parche a vacuna. Y es que con el triunfo ante el Bochum, los renanos están a siete puntos de los puestos europeos y la pesadilla del descenso solo es un mal recuerdo.

Todo se puso de cara para el Bayer nada más empezar el partido. Moussa Diaby fue derribado claramente en el área y, a pesar de que el árbitro Gerach se hiciera el sueco estando a tres metros, el VAR le recordó que su pasaporte es alemán y que debía revisar la jugada. El penalti lo transformó Tapsoba en el minuto 6 y todo parecía indicar que al Bochum se le iba hacer largo el partido. No fue así. A pesar del mazazo nada más empezar, el Bochum hizo todo lo posible por levantarse. Tomó la iniciativa del juego y se lanzó en busca del empate. El Bayer resistió y llegó al descanso con ventaja en el marcador, pero afónico de tanto preguntar por la hora.

Tras el descanso, Wirtz se encargó de que el partido perdiera el misterio. Junto a la llegada de Xabi, la recuperación del jovencísimo centrocampista del Bayer también ha producido un efecto positivo en el equipo alemán. Tiene solo 19 años y ha estado casi un año sin jugar por lesión, pero personalidad y talento no le faltan. Una recuperación suya cerca del área del Bochum terminó en asistencia a Hlozek, que hizo el 2-0. Luego Alonso demostró que los años no congelan la sangre y vio la amarilla por protestar con razón lo que debió ser una roja a Schlotterbek por romperle la camiseta a Adli de un agarrón. El árbitro no señaló la falta y se encaró con el técnico tolosarra, que aceptó la amonestación con una sonrisa y la misma elegancia con la que rueda un anuncio de Hugo Boss. La grada jaleó su nombre. ‘Xabi, Xabi’. Él agradeció el gesto con la mano. Leverkusen tiene nuevo Kaiser.