INGLATERRA

Olvidado eterno de Madrid y Barça

Camavinga, Tchouameni, Bellingham, Zubimendi, Gündogan, Amrabat, Neves... Todos estuvieron en la planificación de los dos grandes españoles antes que Rodri, hoy mejor mediocentro del mundo.

El City pagó hace cuatro veranos la cláusula de Rodri por 70 millones. Fue el inicio del cambio definitivo, el salto de un equipo capaz de dominar en la Premier a uno que ha conquistado por fin la Champions. Sus años en el Atlético con Simeone cuando aún era muy joven le sirvieron de aprendizaje y de fortalecimiento de los conceptos defensivos. Era un mediocentro sobre el que construir un proyecto, un jugador capaz de mandar en los mejores equipos del mundo y en las mejores selecciones. Así se ha demostrado.

Pese a ello, sólo Guardiola creyó en él. Un mediocentro español, un jugador futuro de Selección, entonces con 22 años aún. El futbolista que nunca se les puede escapar a los mejores clubes de LaLiga, especialmente a Madrid y Barça, los únicos capaces de hacer frente a operaciones así. No sólo entonces, sino también después, cuando algunas dudas arreciaron sobre él en sus primeros meses en la Premier. Aún así, alcanzó la final de la Champions hace dos cursos, aunque sin jugarla. Nadie, salvo el City, pensó que podría llegar hasta su actual nivel. Un nivel de Balón de Oro. Por eso le renovó hasta 2028 adelantándose a las circunstancias.

Coincidió este boom de Rodri con la transformación de los centros del campo de Madrid y Barça. El conjunto blanco miró a otro lado, no a él, a pesar de ser madrileño de Villanueva de la Cañada. Su apuesta estuvo en Francia, concretamente. Fichó a Camavinga por 31 millones más 9 en variables; un año después llegó Tchouameni por 80; este verano ha vuelto a sacar la chequera para reforzar la medular con Bellingham, que ha costado 103 más 27 más que pueden acumularse en variables. Es decir, 214 ‘kilos’ -sin contar lo que deba pagar de más por objetivos-.

El Barça pre y post Busquets

En el Barça el asunto ha sido igual de llamativo. La búsqueda de un relevo para Busquets se fue dilatando hasta el punto de haber llegado a este verano sin uno claro. En vez de adelantarse al problema, se ha visto superado por él. En cualquier caso, han sonado jugadores de todos los tipos para ese puesto: Zubimendi, Gündogan, Amrabat, Rúben Neves... Nunca, curiosamente, Rodri. Y no precisamente porque no encaje en el estilo de juego de los culés, pues sería el idóneo para ese puesto.

Esta actitud de los grandes de España contrasta con la insistiencia que otros clubes de Europa tuvieron siempre por llevárselo. Un caso especialmente llamativo es el del Bayern. El cuadro bávaro ha llamado muchas veces al mediocentro español, a pesar de tener a Kimmich en plantilla. Lo hizo cuando estaba en el Villarreal, repitió ya en el Atlético y ha insistido en su época en el City.

Mientras en otros campeonatos y gigantes del continente han valorado a Rodri siempre como se merecía, en España se le ha mirado desde un prisma minúsculo. Y es ahora, cuando el peso de su juego le convierte en referencia mundial, cuando acumula títulos y MVP, cuando se habla incluso de Balón de Oro, el momento de juzgar la política de madridistas y culés, que se olvidaron de un jugador diferencial en su puesto, el mejor del mundo en la actualidad. Y español, para más inri.

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