Fin a las maldiciones eternas
El PSG se estrena en la Champions el año en que Newcastle conquistó un trofeo 56 años después. Tottenham, Crystal Palace, Bolonia o Go Ahead han puesto también fin a sequías históricas.
Hay rutinas que en el fútbol parecen ser eternas. Costumbres unidas a promesas rotas y generaciones pacientes. Sin embargo, en esta temporada, el fútbol europeo ha asistido a la rotura de sus pronósticos más certeros. Como si el guion hubiera cambiado de manos y las maldiciones estuviesen, esta vez, destinadas a caer una a una.
Y es que el año en que el PSG ha logrado al fin levantar la Champions, ha resultado ser también la misma campaña en la que el Newcastle conquistó un trofeo 56 años después o en la que el Crystal Palace ganó su primer título en 120 años de vida. Misma en que Tottenham, Bolonia o Go Ahead Eagles han puesto fin a sequías históricas.
El Newcastle inició el camino
Fue en pleno marzo cuando el viento de la primavera arrastró la primera de las maldiciones. Lo hizo en un escenario a la altura de la cita: Wembley, donde miles de aficionados del Newcastle se desplazaron para ver a los magapies conseguir la Carabao Cup ante todo un Liverpool.
Un triunfo con el que el Newcastle acabó con su sequía de 70 años sin un trofeo inglés y 56 desde su último gran éxito. Así, a lomos de un histórico Alexander Isak, conquistaron su primer trofeo desde 1969 (Copa de Ferias). Fue Eddie Howe, en su segunda final de la Copa de la Liga en las últimas tres temporadas, el que llevó a los magpies a tocar plata, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del club.
Al sur de Londres, el Crystal Palace siguió la senda que empezó en el norte de Inglaterra ante otro histórico: un Manchester City en apuros para el que la FA Cup era su única oportunidad de tocar un metal a final de curso.
Sin embargo, el solitario gol de Eberechi Eze brindó a los eagles el primer título de sus 164 años historia. Bajo las órdenes de un Oliver Glasner que asumió el cargo en febrero de 2024, el equipo logró también la clasificación a la Europa League.
Bolonia: más de medio siglo sin éxitos
En Italia, el Bolonia volvió a tocar la cima como lo hizo en aquellos años 30, cuando ganó cuatro Scudetto en seis años. Fue en el Olímpico de Roma donde escribió una de las páginas más bellas de su historia, conquistando la Copa italiana tras 51 años de sequía.
Lo hicieron ante un Milan en profunda crisis, en una final a la que llegaron tras pasar por encima de Monza, Atalanta y Empoli. Fue un solitario gol de Dan Ndoye en el minuto 53 el que materializó el resurgimiento de un club que ha vuelto a acaparar los focos en la élite del fútbol italiano y europeo.
Nuevos reyes en Europa
En las competiciones internacionales, el fútbol también está saldando deudas históricas. Y es que, el criticado y casi sentenciado Ange Postecoglou consiguió poner punto y final a la sequía de 17 años de su Tottenham, también el de Pedro Porro, que se coronó campeón de la Europa League en San Mamés.
Así, el 17º clasificado de la liga inglesa, un equipo que ha perdido 21 jornadas en la competición doméstica y no sabía lo que era tocar plata desde 2008, se coronó ante el United y disputará la próxima edición de la Champions League. Ver para creer.
Y en esta misma línea, llegó el turno del PSG de Luis Enrique, que rompió de una vez por todas su maldición más duradera: la Champions League. El club parisino selló un triplete histórico levantando, al fin, el trofeo que más se le ha resistido.
Y es que la historia no había sido amable con el PSG en esta competición: derrotado en la final de 2020 ante el Bayern de Múnich, eliminado en semifinales en tres ocasiones (1995, 2021 y 2024), y víctima de eliminaciones traumáticas en octavos y cuartos de final, muchas de ellas tras remontadas históricas, como las sufridas ante el Barcelona en 2017 y el Real Madrid en 2022. Todo queda ahora atrás después de levantar la Champions tras la mayor goleada de la historia de las finales.
Justo sería añadir en esta lista al Rayo Vallecano, que 25 años después, ha vuelto a clasificarse para una competición continental. Otro club de barrio que se une al grupo de los que, esta temporada, decidieron que ya era hora de cambiar su historia.
Sorpresas también en Holanda y Bélgica
Más allá del escaparate de las grandes ligas europeas, en rincones menos iluminados del continente también han estallado celebraciones impensadas. En Holanda, el Go Ahead Eagles firmó un capítulo legendario al conquistar la primera Copa de su historia, tras una agónica victoria en penaltis frente al AZ Alkmaar. Lo lograron de forma heroica, pues el equipo de Deventer forzó la prórroga con un gol en el minuto 98 y resistió hasta levantar el trofeo contra todo pronóstico.
Y es que mientras al AZ se ha consolidado como uno de los grandes del fútbol holandés en la última década, al propio entrenador del Go Ahead, Paul Simonis, ni siquiera lo reconocían en la puerta del estadio, por lo que lo fue parado por la seguridad para pedirle la acreditación. Un triunfo que les otorga, además, un billete para disputar la previa de la Europa League.
Y si en Holanda cayó un gigante, en Bélgica resucitó una leyenda. Así, el Union Saint-Gilloise se proclamó campeón de liga por primera vez desde 1935, rompiendo una sequía de 90 años. El conjunto de Bruselas, uno de los grandes nombres en la historia del fútbol belga, firmó una temporada para el recuerdo al imponerse, contra todo pronóstico, a equipos como Genk y Brujas. Este regreso a la élite adquiere aún más valor si se tiene en cuenta que, desde los años 60, el club atravesó una profunda decadencia que lo llevó incluso a descender hasta la cuarta división del fútbol belga.
Y por fin... Kane
Y en medio de esta rebelión de maldiciones rotas, hay un nombre propio que resume mejor que ningún otro el sabor de la redención: Harry Kane. A sus 31 años, tras décadas siendo el emblema de derrotas y un talento huérfano de gloria, el delantero inglés alzó por fin su primer gran título al conquistar la Bundesliga con el Bayern de Múnich.
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En su segunda temporada en Alemania, consiguió tachar de su lista esa vieja cuenta pendiente. El eterno goleador, tantas veces señalado por su falta de trofeos, encontró por fin el lugar y el momento para gritar campeón. Porque a veces, el fútbol también sabe esperar a los que más lo merecen.
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