Nketiah quiere la Premier

Los espectadores del Emirates Stadium no asistieron a un partido de la Premier League, sino a un regalo del fútbol inglés. El que le ofrecieron sobre el terreno de juego tanto Arsenal como Manchester United. Un partidazo de intensidad, goles (y golazos) y fútbol que, cuando todo parecía indicar que el Manchester City sería el gran triunfador de la tarde, terminaron llevándose los de Mikel Arteta. Este Arsenal es mucho Arsenal, y es que hasta los personajes más inesperados terminan convirtiéndose en protagonistas. Eddie Nketiah, con un doblete, hizo caso omiso a los golazos de Marcus Rashford y Bukayo Saka para ser él quien se consagrara como el héroe del encuentro. Los Gunners mantienen su ventaja de cinco puntos sobre los de Pep Guardiola con un partido menos en la lucha por el título liguero.

Reacción de campeón

Aunque los Gunners arrancaron el partido como acostumbran a hacer cuando ejercen de locales, torturando al rival con una intensidad vertiginosa, los pupilos de Erik ten Hag respondieron con la versión mostrada durante los últimos meses de competición. La de un equipo que no tiene miedo a los grandes equipos, como el líder de la Premier League, ni los grandes escenarios, como el Emirates Stadium. Y es que este Manchester United es otro Manchester United, más parecido a los Red Devils de toda la vida. Los mancunianos no solo lograron neutralizar la salida fulgurante de vestuarios de los locales, si no que fueron los encargados de inaugurar el marcador. Como no, a través de su jugador más en forma. Y menuda forma de estrenarlo. Thomas Partey no tuvo suficiente con ser quien perdió el balón saliendo desde atrás, que se llevó de regalo el caño de Marcus Rashford previo a su golazo. Con un túnel primero y un mísil después, el ‘10′ del Manchester United batió a Aaron Ramsdale a los 18 minutos de partido. Uno de los goles de la temporada y el noveno del internacional inglés en Premier League.

Pero es que los de Mikel Arteta no lideran la carrera por el título liguero de casualidad. Una combinación entre Oleksandr Zinchenko, a quien el técnico español ha convertido en algo más que un lateral izquierdo al uso, y Granit Xhaka culminó en el empate del Arsenal, apenas seis minutos después del 0-1. Porque si Marcus Rashford ha sido capaz de marcar nueve goles en sus últimos nueve partidos con lo Red Devils, Eddie Nketiah no quiso ser menos. El centro perfecto del centrocampista suizo encontró al sustituto de Gabriel Jesus en el segundo palo. Del máximo goleador de Manchester United al nuevo máximo goleador del Arsenal. La pronta reacción de los Gunners dio paso a un tramo de partido más igualado y bastante menos explosivo. Si bien londinenses y mancunianos no dejaron de merodear las respectivas áereas rivales, ambos equipos optaron por guardar algo más la ropa. Había que reservar fuerzas para una segunda mitad que prometía emociones fuertes.

Nketiah hace de Haaland

¿Que en la primera parte había sido un inglés, en su caso del Manchester United, quien rompiera la igualdad en el marcador con un zapatazo desde fuera del área? Pues en la segunda mitad, tan solo ocho minutos después de la reanudación del encuentro, sería otro inglés quien hiciera lo propio para el Arsenal. Bukayo Saka lo tiene todo para ser el ídolo del Emirates Stadium durante la próxima década. Un jugador con una conducción endiablaba, un desborde eléctrico y, hoy también, un disparo lejano imparable. Nada pudo hacer David De Gea ante la rosca que cogió el zapatazo de Bukayo Saka desde fuera del área. Los Gunners habían remontado el partido, pero no todo iba a salir a pedir de boca para los de Mikel Arteta.

Arsenal y Manchester United se cambiaron los papeles de la primera mitad para ahora ser los Red Devils quienes interrumpieran la fiesta local. Aaron Ramsdale, que minutos antes había evitado el doblete de Marcus Rashford con una parada estratosférica, no acertó a atrapar un centro desde el saque de esquina. De héroe a villano. El rebote lo remató Lisandro Martínez, a lo Robin van Persie en el Mundial de Brasil 2014, para hacer el 2-2. El cabezazo del central argentino, con algo de parábola, superó a Gabriel Magalhaes sobre la línea de gol. Qué partido. Pero sin tiempo para lamentarse por el gol encajado, el Arsenal volvió a la carga. El primer aviso nació, como no, de las botas de Bukayo Saka. Uno de los nombres propios del partido calcó la jugada del 2-1, pero esta vez su disparo con rosca se topó con el palo de David De Gea.

Entre la madera y el guardameta español, que a cinco minutos del final y con el cuadro local embotellando a los Red Devils en su propio área sacó una mano prodigiosa a Eddie Nketiah, se las apañaron para frenar el asedio final del Arsenal. Eso sí, hasta que el propio delantero inglés volvió a recibir la llamada del gol. Y es que Eddie Nketiah es más que el sustituto de Gabriel Jesus. Por sus goles, pero también por el rol adquirido en el equipo, el ‘14′ del Arsenal sigue demostrando que puede ser una estrella en su casa. Y es que el Emirates Stadium explotó cuando el VAR confirmó el tanto del inglés en el último minuto de partido. El máximo goleador de los Gunners, ahora con nueve tantos entre todas las competiciones, cazó en el segundo palo la prolongación de Martin Odegaard para decirle al Manchester City que el cuadro londinense sigue queriendo la Premier League.

El Leeds frena al Brentford

Después de tres victorias seguidas y con la zona europea a tiro, el Brentford dejó de ganar en su visita a Elland Road, incapaz de doblegar al Leeds, que sumó un valioso punto (0-0) que le mantiene fuera de la zona de descenso de la Premier.

El cuadro del danés Thomas Frank se topó con Illan Meslier y con el orden de la zaga del equipo local, que resistió los intentos de los visitantes y que pudo, incluso, marcar en la meta del español Robert Sánchez, que al final mantuvo su portería intacta. La falta de puntería terminó por penalizar a ambos equipos. Al Brentford porque pretendía lograr su cuarto triunfo consecutivo para situarse a orillas de la zona europea. Ahora sigue octavo, a tres del Tottenham que es quinto. El equipo del estadounidense Jesse Marsch lleva ya seis partidos sin ganar. Es decimoquinto, pero solo un punto le separa de la zona de descenso que marca el Bournemouth.