Memphis, al límite

La tercera y última fase de la Copa Libertadores inició en Guayaquil con un estadio teñido de amarillo para respaldar a Barcelona. Ante un temible Corinthians lleno de jugadores diferenciales, el equipo de Segundo Castillo lució de la misma forma que su indumentaria, elegante y arriesgada. Y con un objetivo de sacar algo positivo para viajar dentro de unos días a Brasil, el equipo ecuatoriano consiguió su meta y venció 3-0 a su rival.

Con un terreno de juego algo mejorable, Barcelona salió al campo y mordió a un Corinthians que no se acomodó en ningún momento. El equipo ecuatoriano presionó sin la pelota, fluyó con ella y buscó sus bandas para generar problemas a la defensa brasileña. Con Memphis a la cabeza, el Timão no logró forzar a un equipo rival que dominó y controló todo lo que pasaba alrededor de la pelota en los primeros 45 minutos.

Corozo fue el jugador más diferencial del primer periodo en Guayaquil, y el atacante, desde los 11 metros, fue el encargado que abrió el marcador después de que João Pedro cometiera un penalti. Eso sí, todo al borde del descanso, y después de que Barcelona forzara una y otra vez jugadas en las que pudo abrir el marcador antes.

El guion del partido no varió en la segunda mitad... Casi todo el tiempo. Barcelona siguió atacando más que su rival brasileño. Llegó al área y generó problemas a una defensa que sobrevivió jugada tras jugada con las jugadas locales.

En las botas de Memphis estuvo el empate del partido. El neerlandés tuvo el gol de su equipo en un disparo franco que le detuvo Contreras. Tras ello, Corinthians respiró después de un gol en propia que fue anulado por fuera de juego. El equipo brasileño, apenas sin reacción, no se salvó cuando Rivera puso el segundo tanto del partido y aumentó la diferencia en el marcador.

Maycon respondió al gol en contra con un disparo al palo, cuando a Corinthians le entró la prisa por minimizar el golpe rival. No obstante, de nuevo una aparición de Corozo marcó las diferencias para sentenciar el partido, y quién sabe si la eliminatoria. El ecuatoriano despedazó a los brasileños cuando en un contragolpe mandó la pelota al fondo de la portería. Redondeando, además, el gran partido de Barcelona para dar un paso de gigante de cara a la fase de grupos de la Libertadores en el año de su centenario.

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