FRANCIA

Luis Enrique cambia al PSG

El asturiano ha conseguido forjar un equipo en el que lo colectivo se impone a lo individual. Sus decisiones, además, han surtido efecto en París.

París (Francia)
GONZALO FUENTESREUTERS

La llegada de Luis Enrique al banquillo del PSG supuso el inicio de una nueva era en París. El conjunto parisino le fichó para revertir la mala dinámica que había adquirido el club en la Champions League y para instaurar un estilo ofensivo, reconocible y que hiciera vibrar a los aficionados. En febrero, las decisiones del técnico asturiano, como este miércoles contra la Real Sociedad, han devuelto la ilusión a un equipo al que se le mide únicamente por su desempeño en la Copa de Europa.

Desde el primer día, Luis Enrique dejó muy claro que quería “23 titulares” y un equipo totalmente comprometido con su idea de juego. Para ello, el exseleccionador español no titubeó, en agosto, en comunicarle a Neymar y Verratti, dos piezas fundamentales del proyecto, que no entraban en sus planes. También se convirtió en una figura importante en el mercado de fichajes, cincelando la plantilla junto a Luis Campos, con el que mantiene, a diferencia de otros entrenadores que pasaron por la capital francesa, una magnífica relación.

Una de las decisiones más relevantes que ha tomado el gijonés desde que llegó a París ha sido la de no depender de Mbappé, sino generar un sistema en el que todos sean importantes y adquieran relevancia para que el jugador francés, que sigue siendo la estrella del PSG, no se vea obligado a tirar del carro continuamente. Así, en diciembre, decidió reubicarle en la posición de ‘9′ para dar entrada a Barcola y Dembélé, dos extremos muy verticales, con una facilidad extraordinaria para desbordar, que sirven de escuderos y aumentan las alternativas para desarbolar al rival.

A Luis Enrique, que ya sabe lo que es ganar la Champions, con el Barcelona en 2015, no le tiembla el pulso para diseñar los onces. Este miércoles, contra la Real Sociedad, dejó, por decisión táctica, tal y como explicó en rueda de prensa, a Lucas Hernandez en el banquillo, dándole a Beraldo la primera titularidad de su carrera en Europa. Aunque el primer tiempo del brasileño no fue prolífico, ya que Kubo le generó muchos problemas, en la segunda parte ajustó y el exjugador de Sao Paulo se impuso en su debut en Champions.

En el mediocampo, con Fabián, Zaïre-Emery y Vitinha, unido a una presión intensa de los delanteros, la baja de Verratti, que a principios de temporada parecía insustituible, se ha ido cubriendo paulatinamente, a tal punto de que nadie habla ya del italiano en los aledaños del Parque de los Príncipes. Dembélé, del que pidió su incorporación desde el primer día, ha recuperado su mejor versión y, según Luis Enrique, es “el jugador más desequilibrante del mundo”.

Otro de los cambios que ha notado el PSG bajo la dirección de Luis Enrique es el nivel de Achraf Hakimi. Acostumbrado a ser considerado un carrilero y sin capacidad para rendir en un sistema de cuatro defensas, el asturiano se ha inventado su posición de ‘interior’, para que ataque los espacios que dejan los defensas y para generar una dupla con Dembélé en la banda derecha que ha sido demoledora hasta ahora. La Real Sociedad, en el segundo tiempo, no pudo contenerles, como la mayoría de los equipos de la Ligue 1 que han visitado el Parque de los Príncipes.

El vestuario del PSG, a diferencia de otras temporadas, respira fútbol. No se habla en Francia de otra cosa de lo que acaece en el terreno de juego y las disputas internas han desaparecido por completo. Líder incontestable de la Ligue 1, clasificado a los cuartos de la Copa de Francia y con pie y medio en los cuartos de Champions, además de campeón de la Supercopa de Francia, el trabajo de Luis Enrique empieza a sembrar sus frutos y en París celebran que, por fin, parece que hay un proyecto coherente y sin fisuras.

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