El Oporto golea al extraño experimento del Benfica

Los grandes partidos son muy golosos para los entrenadores que quieren hacer experimentos para sroprender a rivales muy complicados. Lo intentó Roger Schmidt colocando a Kökcu como extremo izquierdo y retrasando a João Mário al doble pivote junto a João Neves para que el portugués tuviese más presencia con el balón. A ello se unió que la baja de Bah (y la de Bernat, desde octubre) le obligó a llevar a Aursnes al lateral derecho y colocar en el izquierdo Morato, un central, para condenar ofensivamente esa banda. Un planteamiento novedoso que se vio obligado a deshacer al descanso porque el marcador indicaba dos cosas: un 2-0 y que había sido un fracaso.

Se llegó a este punto con un Oporto muy dominador. La afición respondió al gran cartel del partido y Conceiçao les hizo vibrar con su desborde y constante atrevimiento por la derecha. El penúltimo hijo del entrenador provocó la primera gran ocasión, con un remate de cabeza de Pepe que paró Trubin. Respondió Tengstedt, pero poco más. Galeno rozó el gol y luego lo logró aprovechando una prolongación de Morato, que intentaba que no rematase Nico un córner. Diogo Costa despejó un lanzamiento de Rafa Silva que pareció sencillo para un guardameta de su nivel. Y llegó el segundo, el doblete de Galeno, otra vez estando en el lugar adecuado en el momento oportuno. Esta vez, recogiendo un cabezazo al segundo palo de Pepe.

La solución que pensaba que había encontrado Roger Schmidt para esta debacle fue la de meter a Florentino por Kökcu, adelantar a João Mário; y retirar a Morato por Álvaro Carreras. Con eso salió el segundo clasificado de esta liga portuguesa tras el descanso. Y diez minutos fue lo que tardó el tercero en demostrar que poco le importó, con Wendell marcando el tercero a pase de, otra vez, Galeno.

Otamendi, llegada la hora de partido, volvió a demostrar una vez más en su carrera que su excesiva intensidad le puede pasar factura. El capitán dejó a su equipo con diez y el Benfica temblaba pensando que debía afrontar treinta minutos más con uno menos. Schimdt, claro, se recogió y quitó a Rafa Silva para meter a Araújo, un central que justificó su salida al campo con una gran entrada sobre Nico González. Pero no fue suficiente y encajó el cuarto con un golazo de Pepe en el que Trubin tuvo que haber protegido su palo. Danny Namaso se encargó de que la goleada fuese sangrante marcando el 5-0 sin prácticamente oposición. Una derrota que permite al Sporting recuperar el liderato... y distanciarse del Benfica por un punto, con un partido por jugar. Y, al Oporto, para no pasar demasiados apuros en esa tercera plaza que da acceso a la Europa League.