El Lyon sorprende al Mónaco y sale del descenso

Un gol del brasileño Jeffinho en el minuto 85, nada más ingresar en el terreno de juego, sacó al Olympique de Lyon del descenso en el campo del Mónaco y certificó la segunda victoria seguida de los de Pierre Sage en la Ligue 1. El conjunto del Ródano resistió un bombardeo incesante de los monegascos en el segundo tiempo, aprovechó la única oportunidad que tuvo y ganó en uno de los estadios más complicados de todo el fútbol francés.

El plan del ganador de siete ligas en la década pasada, desde el inicio del partido, fue replegar y cederle la pelota al Mónaco. Huérfano de Golovin y de Vanderson, además de Caio Henrique, tres de sus pilares fundamentales, el conjunto monegasco se encontró un equipo aguerrido, solidario en los esfuerzos e indispuesto a ceder un palmo de terreno. Su repliegue fue un rompecabezas para Hütter, que hasta el final del primer tiempo no tuvo oportunidades claras de gol.

La voz cantante del partido la llevó el Mónaco, pero las primeras ocasiones fueron del Lyon, que pudo adelantarse en una gran transición iniciada por Cherki y finalizada por Nuamah. El ghanés, sin embargo, se encontraba en un flagrante fuera de juego. A medida que pasaron los minutos, el físico fue menguando al equipo del interino Pierre Sage, que volvió a dar una buena imagen frente a uno de los equipos más ofensivos de la Ligue 1. Balogun, inadvertido hasta el minuto 40, forzó dos intervenciones decisivas de Lopes, así como el joven Akliouche, que casi marca el 1-0 con un remate ajustado, pero el portugués lo evitó con una parada milagrosa.

Tras la salida del túnel de vestuarios, el Mónaco pisó el acelerador para intentar ganar a un Lyon al que el físico le duró 60 minutos y que daba por bueno el empate a cero. Se sucedieron las oportunidades en el área de Lopes. Balogun, dos veces, Fofana, Akliouche, todos pudieron darle ventaja a los rojiblancos, pero sus disparos se marcharon desviados o se toparon con el inconmensurable guardameta luso.

El fútbol es un deporte que no entiende de dinámicas, de momentos, de contextos, y en el que la lógica no impera en muchos partidos. Hütter, entrenador del Mónaco, estaba encerrando al Lyon en su área y la entrada de Ben Yedder presagiaba el gol local en el tramo final. Pierre Sage se vio obligado a dar entrada a Jeffinho y Kadewere, dos delanteros que apenas contaban para él, para intentar desahogar a su equipo de un asedio incesante.

Cuando apenas ambos llevaban 40 segundos en el campo, el Lyon trazó un contragolpe que pilló desprevenido al Mónaco. Kadewere se desmarcó al espacio, encaró la portería y, cuando le salió un defensa del Mónaco, asistió a Jeffinho, que batió a Köhn y desató la locura, sacando al conjunto del Ródano, que era colista antes del comienzo de la jornada, del descenso por primera vez en mucho tiempo. Una victoria de quilates, de enjundia, contra un rival que estaba en lo alto de la Ligue 1 y que se despide prácticamente de sus ínfimas opciones de título.

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