El Inter, una máquina imparable

El Inter no parece tener límites. Tras su cuarto partido seguido liguero marcando al menos cuatro goles y la undécima victoria consecutiva en todas las competiciones, los de Simone Inzaghi tienen ya en el bolsillo el gran objetivo de este curso, el scudetto número 20, que valdrá la segunda estrella en su escudo.

Los nerazzurri ganaron con una tranquilidad descomunal a un rival incomodísimo y lanzado como la Atalanta y, ahora, marchan con 12 puntos de ventaja sobre la Juventus y 16 sobre el Milan. A falta de 12 jornadas para el final del Calcio, solo queda adivinar cuándo cantará el alirón, como pasó hace un año con el Nápoles.

Los de Gasperini no perdían desde diciembre, sumaban cinco victorias y un empate en las últimas seis jornadas y, con otro triunfo, habrían superado al Bolonia en la zona Champions. Su buen momento y sus motivaciones, no obstante, terminaron con el gol anulado a De Ketelaere en el minuto 10. El ex del Milan abrió la lata tras un error de Pavard y un intento de Pasalic neutralizado por Sommer, pero el árbitro, tras la llamada del VAR, canceló la jugada por una mano de Miranchuk. A partir de entonces, comenzó el festín interista.

Darmian abrió la veda en el 26′, tras una salida de Carnesecchi ante Mkhitaryan y Lautaro, tras haber golpeado el larguero, en el descuento de la primera parte alargó la ventaja con un maravilloso zurdazo desde la frontal. El Toro sumó así su tanto número 24 de este curso, y desperdició en el comienzo de la reanudación la mejor ocasión para llegar a 25. El árbitro, otra vez llamado por el VAR, concedió un penalti por una mano de Hateboer y Carnesecchi neutralizó el lanzamiento del argentino, pero no pudo hacer nada ante Dimarco, autor del 3-0 en el rechace. Frattesi solo aguantó en el verde 10 minutos por molestias musculares, pero le fueron suficientes para marcar el 4-0 con un cabezazo en una falta de Sánchez en el 71′.

Fue una demostración de fuerza enorme y definitiva del futuro campeón de la Serie A. La pelea por el scudetto, por segundo año consecutivo, ha terminado con más de tres meses de antelación. Ahora la única preocupación de los interisti es el Atleti.