Real Madrid | Copa Intercontinental
Doha espera al Real Madrid
El campeón de Europa emprende rumbo a Qatar, donde el miércoles disputa con el Pachuca la renacida Copa Intercontinental. El equipo de Ancelotti aspira a poner el broche a 2024 con su quinto título del año.
Doha parece vivir ajena a la Copa Intercontinental. El partido no sólo coincide con el segundo aniversario de la final del Mundial, sino que el 18 de diciembre es también la Fiesta Nacional de Qatar. Y los esfuerzos se centran en engalanar puntos neurálgicos de la ciudad como el zoco Waqif, uno de los atractivos turísticos de la capital, donde ayer seguían colocando banderas y otros motivos ornamentales para la cita. Apenas hay rastro de la final del miércoles (18:00, Telecinco) en la que el Madrid buscará ante el Pachuca mexicano su quinto título de 2024 (Supercopa de España, Liga, Champions y Supercopa de Europa).
El fútbol que se respira en Waqif es el del recuerdo del Mundial, que sigue presente. Varios comercios tienen sus vitrinas invadidas por todo tipo de réplicas del trofeo que se llevó Argentina. Se pueden comprar casi a medida: hay de todos los tamaños, materiales y pesos. Y, por supuesto, también de precio. El fetichismo por los trofeos supera al culto al jugador y al coleccionismo de camisetas. También se pueden comprar réplicas del Balón de Oro, la Bota de Oro o incluso el Guante de Oro del Dibu Martínez. Incluso resulta más fácil encontrar una figura de Cristiano y Messi que una camiseta de clubes europeos. Pero sí, alguna hay del Madrid.
Ha pasado la hora de comer y en la cotidianidad del zoco, un reguero de público cosmopolita, llama la atención la presencia con una bufanda del Madrid de Ahmed Bu Shawareb. Ahmed es el vicepresidente de la Peña Madridista Qatar, por lo que el encuentro que teníamos previsto con ellos para estos días se adelanta de manera fortuita. Atiende a los compañeros de la televisión brasileña Globo para un extenso reportaje y ante la cámara no para de besar el escudo que lleva en la bufanda. Entre toma y toma nos explica que su peña reúne a más de 600 aficionados para ver los partidos de su Madrid y animar desde la distancia. El miércoles lo harán in situ en el Estadio de Lusail, no muy lejos del local en el que se congregan habitualmente. Calcula que al menos la mitad tienen entrada y se juntarán con varias peñas del Golfo Pérsico y otros países árabes.
Y es que el Madrid es el gran atractivo del torneo. El sábado una marea roja de 38.000 aficionados del Al Ahly egipcio copó las gradas del Estadio 974. El miércoles, la marea en Lusail será blanca. Ya entes de la semifinal ante Pachuca, tantos los egipcios como los escasos aficionados neutrales tenían claras sus preferencias. Su reacción era tan espontánea como inmediata: “Si no gana el Al Ahly, que lo haga el Real Madrid”. Una respuesta común cuando el torneo sale a colación en cualquier charla. Preocupa si Mbappé estará listo para jugar. “Al menos que juegue el segundo tiempo, ¿no?”, imploran.
La atención que acapara el Madrid es palpable. La Premier tuvo el foco el sábado... hasta que jugaron los de Ancelotti. Ya con la jornada de ayer en juego, al acercarse a un bar todavía era fácil ver que el fútbol que tenían en la pantalla era la repetición del partido de Vallecas y no uno de los que se estaban jugando en directo.
La discreción en los preparativos del partido también era notable en el Estadio de Lusail que, como hace dos años con el Mundial, repite como sede de la final. Ya al caer la noche, los alrededores del recinto, que tiene capacidad para 89.000 espectadores, estaban desiertos. Nada hace indicar tampoco que allí se va a decidir quién es el campeón de campeones. No hay escudos de ninguno de los dos equipo. Quizá la poca antelación con la que se ha conocido el rival en la final haya hecho que los detalles se ultimen a contrarreloj.
También pasa desapercibido el hotel en el que se concentrará el Madrid, donde en cambio sí se palpaba cierto nerviosismo por los preparativos para recibir al campeón de Europa, que tiene previsto aterrizar en Doha a las 21:30 (hora local, 19:30 en España). El equipo se alojará en el resort Al Messila, un opulento palacio privado rodeado de vegetación y jardines. Un oasis a las afueras de Doha, donde el Madrid busca un nuevo título intercontinental: “Es que este puede ser ya el noveno”, enfatizaba con admiración un reportero brasileño.
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