Casemiro salva a un United sin Cristiano

“Echaremos de menos a Cristiano”, dijo Erik ten Hag, y tenía razón. Con el ‘7′ apartado como medida disciplinaria después de su desaire en Old Trafford, el Manchester United salió a dominar ante el Chelsea, y lo consiguió en los primeros minutos, pero la falta de ambición y la magia de Potter cambió el escenario en Londres. Jorginho hizo el 1-0 de penalti a cinco minutos de final, y cuando todo parecía perdido para los ‘red devils’, apareció Casemiro con un gran remate de cabeza que dejó en tablas ‘el duelo de pizarras’ entre Ten Hag y Potter.

La Premier está que arde, como Stamford Bridge, que recibió a los dos equipos entre llamaradas y mucho ruido. “Come on Chelsea!”, rugían las gradas del estadio al oeste de Londres y Potter pareció aprovechar la tremenda puesta en escena para desconcertar a Ten Hag con un once muy alternativo: Cucurella jugaba de central, junto al canterano Chalobah y Thiago Silva, y doblándose con Chilwell por la izquierda, mientras que Loftus-Cheek y Jorginho trataban de poner orden en el medio. Pero el experimento se le volvió en contra al Chelsea (con un 1-3-5-2), que sufría con balón por la presión alta del equipo mancuniano.

El United estaba respaldado por su once más clásico esta campaña (con Sancho, Antony y Rashford como tridente) y la buena capacidad asociativa de Casemiro, Eriksen y Bruno Fernandez, que derrumbaron el plan de Potter en poco más de media hora. El tiempo suficiente para que Kepa hubiera intervenido brillantemente en cuatro ocasiones y para que Potter se convenciera de que lo de Cucurella y Chilwell no funcionaba, en gran parte, por la magia de Antony, que antes del descanso tuvo en sus botas el 0-1 pero se atiborró de balón y no cogió portería. Ya para entonces, y sin esperar al medio tiempo, Kovacic había salido a reforzar el medio con un tercer hombre, en detrimento de un cabizbajo Cucurella.

Potter no se andaba con remilgos y volvía a picar a Ten Hag en lo que se había convertido un evidente duelo de pizarras. Y el técnico holandés entró al trapo. Por eso en la segunda mitad retiró a Sancho, el menos trascendente de sus delanteros, y dio entrada a Fred. Más madera para el medio del campo y para un partido del que se tuvo que marchar lesionado y entre lágrimas Varane (con el Mundial a la vuelta de la esquina). Los dos equipos habían bajado al barro, el juego, más deslabazado, perdió su dueño por unos minutos y eso pareció sentar mejor al Chelsea, que se aposentó en el área de De Gea, más librado. Así llegó el cabezazo al larguero de Chalobah, cuando más costaba ver una ocasión en el Bridge.

Era el último cuarto del partido, y en ese momento, el United empezó a echar de menos a Cristiano. Sin el portugués, apartado por Ten Hag por negarse a jugar ante el Tottenham y por salir antes de tiempo de Old Trafford en ese mismo partido, a los ‘red devils’ les faltó colmillo arriba. Y ni la entrada de Elanga palió la falta de ambición de un United que, poco a poco, veía cómo se le iba escapando el partido en favor de los ‘blues’. Por eso, a falta de cinco minutos para la conclusión, Jorginho lo confirmó de penalti y marcó el 1-0, que parecía definitivo, pero faltaba Casemiro y la épica del Bernabéu. Suficientes argumentos para empatar al filo del final, a pesar de la estirada de Kepa.