Bruno Guimarães ante el primer gran reto del Newcastle

El Newcastle sueña con su primer gran título en la nueva era saudí en los despachos. Poco más de un año ha tardado el megaproyecto de Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, en dar sus frutos que de luchar por la permanencia en los últimos compases de la temporada pasada, ya fantasean con el primer título en 24 años para el ‘viejo’ St. James’s Park. A golpe de talonario, pero sin locuras, fichando a jóvenes promesas para que exploten del todo en las filas de las Urracas, el Newcastle carbura para luchar de tú a tú al United con la vuelta de su arma más peligrosa, Bruno Guimarães.

Si bien el brasileño no fue la primera piedra del proyecto, ese título recaería sobre los hombros de Kieran Trippier, sí que sería a la postre la base sobre la que edificar el proyecto saudí. Siendo la ‘piedra de San Pedro’ sobre la que erigir la imponente nueva oda de los petrodólares en Europa, la irrupción del ex del Lyon en la Premier fue meteórica. Menos de un mes tardó en llevarse a los aficionados al bolsillo, coreando su nombre en múltiples canciones tras cada exhibición en el ‘viejo’ Park. Con el ‘39′ a sus espaldas, Eddie Howe vio en Bruno Guimarães a su prolongación el campo, siendo el mariscal de campo capaz de dirigir a la tropa en cada momento del juego.

Su gran quehacer llamó a la puerta de algunos de los grandes equipos del Viejo Mundo, como Real Madrid o FC Barcelona, aunque ahora su salida se antoje más que complicada -el que quiera hacerse con sus servicios deberá desembolsar algo más de 100 millones de euros-. “Tomé la decisión correcta al venir al Newcastle”, reconocería para AS en una entrevista antes del Mundial de Qatar 2022. Sus números así lo afirman.

El capitán en la sombra

Para la Inteligencia Artificial de Olocip, Bruno Guimarães se ha posicionado como el quinto mejor jugador de todo el Newcastle esta temporada, por detrás de Almirón, Trippier, Pope y Schär. El volante, todo un ‘box to box’ muy del gusto inglés, suele colocarse por detrás de Longstaff y Willock la línea de tres de la medular, quedándose sobretodo por detrás para descongestionar el ritmo de juego del equipo del norte de Inglaterra.

Su calidad no ha pasado desapercibida. El esquema de Howe se ha visto muy huérfano sin el brasileño en los últimos tres partidos, que no pudo participar tras ser expulsado justamente en la semifinal de la Carbao Cup ante el Southampton. Con dos empates y una dura derrota, ante el Liverpool en casa, el juego de Howe no se entiende sin Bruno y viceversa. Colocándose entre los centrales en fase defensiva, su ordenamiento táctico ha sido fundamental para soñar con la Champions, llegando a promediar seis recuperaciones por partido y un 55% de duelos ganados. A pesar de ser pivote, el criado en las inferiores del Athletico Paranaense derrocha goles y asistencias, sumando desde que aterrizó en Inglaterra nueve tantos y cuatro pases de gol en 41 partidos.

El taxista que no fue

La historia de Bruno Guimarães es una de superación. En una entrevista concedida para The Players Tribune, el carioca mostró su cara más humana. “Es una locura pensar en chicos como Vinicius Jr. y Endrick -16, 17 años y- ya eran estrellas. Yo a esa edad estaba haciendo planes para convertirme en taxista como mi padre. Si no conseguía un contrato profesional a los 18 años, tenía que ser realista. No quería decepcionar a mis padres, así que mentí y dije que me estaba sacando el carné porque soñaba con tener un VW Escarabajo cuando firmara el contrato. Pero en realidad, estaba trabajando en mi respaldo para la “vida real”, se sinceraba el centrocampista, ahora toda una estrella consagrada. La final de la Carabao Cup es la cumbre de un jugador en busca de seguir viviendo ese gran sueño de niño.