Bellingham, a precio de oro

A precio de oro. Así quiere el Borussia Dortmund que salga Jude Bellingham (19 años) del Signal Iduna Park. Algo que ha hecho que el Liverpool se baje del barco. Era una carrera de tres, pero la operación se ha convertido en quimera a orillas del Mersey. Los Reds se han echado a un lado y focalizarán sus esfuerzos en el mercado en plural. En lugar de invertir los 150 millones de euros que los borussen pretenden ingresar por el de Stourbridge, prefieren diversificar y hacerse con dos o tres centrocampistas en lugar de uno. Lo explicaban varios medios británicos al unísono prácticamente y también Fabrizio Romano, que desgranaba el porqué y dejaba la batalla en un cara a cara: Real Madrid contra Manchester City. Con un añadido con asterisco, un United cuya entrada en la ecuación depende de la venta, o no, del club que aportaría la solvencia necesaria para dar el paso.

Esas fuertes pretensiones económicas también aparecen como enemigas del Real Madrid, contrario a una guerra de pujas que pueda disparar el valor hasta tener que sobrepagar el fichaje. AS ya informó de la postura blanca: evitar superar el desembolso de más de 100 millones de euros. Y es que, más allá del montante estricto de la incorporación, a esa titánica cantidad habría que sumar los añadidos que conllevan transacciones de este calado. Véanse comisiones varias o el potente salario que acompañaría al contrato de seis años que Fabrizio Romano indica que pediría el internacional inglés.

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En lo monetario, el City tendría menos remilgos a la hora de rascarse el bolsillo. De ahí que el Madrid haya establecido ya, tal y como detalló este periódico, los primeros contactos con el jugador. Un emisario del club se personó en Dortmund para conocer a Jude y trazar las líneas maestras de la negociación. En otras palabras, exponer a Bellingham por qué el Real Madrid es la mejor opción para su futuro, apoyándose en los éxitos recientes, la solidez del proyecto y la apuesta por algunas de las grandes estrellas jóvenes del planeta para que la transición entre generaciones sea lo más dulce posible. Como así está siendo. Táctica utilizada en fichajes como Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouameni...

El Madrid hace tiempo, AS informó de ello en marzo de 2022, que ha identificado a Bellingham como el gran objetivo para 2023, el heredero natural de Luka Modric. Por importancia en el esquema que no por condiciones, pues hablamos de dos centrocampistas con condiciones diferentes. Algo que no ha cambiado. Sin atar, eso sí, la incorporación del crack de los negriamarillos este verano venidero a la continuidad del genio de Zadar, cuyo contrato, como el de Kroos, expira el 30 de junio. En el Paseo de la Castellana se confía en convencer al futbolista, toda vez que son conscientes que la relación con el Borussia Dortmund, auspiciada por el buen tono que siempre ha existido entre Florentino Pérez y Hans-Joachim Watzke, mandamases respectivos, es otro plus. En definitiva, huir de un pulso económico donde el equipo entrenado por Guardiola tendría todas las de ganar...

Mientras se deshoja la margarita, el club borusser no se rinde y desde la dirección deportiva, con Sebastian Kehl al frente, se prepara una última intentona para tratar de colocar pesas en su balanza propia. Una suculenta oferta para renovar el contrato actual que expira en 2025. Una opción que colocaría una cláusula para tasar la potencial salida de 2024 en adelante. No obstante, en el Dortmund no son optimistas en que este escenario se haga realidad y son conscientes de que pueden estar ante sus últimos meses disfrutando de un futbolista fichado a cambio de 25 millones de euros en 2020 y que dejará en las arcas una plusvalía incluso mayor de la lograda con la compraventa de Erling Haaland. Bellingham se mueve entre dos frentes y será él quien tenga la última palabra.