Gueye no da la talla

Dentro de su montaña de problemas, el Real Zaragoza tiene uno muy grave con Pape Gueye, el fichaje ‘estrella’ al alimón del ya defenestrado Torrecilla y del director general Sanllehí y cuyas actuaciones, casi tres meses después de su llegada a La Romareda, son cada vez más calamitosas. El gigante senegalés, de 1,95 de estatura, no sólo no ha marcado un gol, sino que no deja de involucionar en su juego: torpe y descoordinado, no está nunca en posiciones de remate y es presa facilísima de todos los centrales, pese a su corpulencia y poderoso juego aéreo.

Fran Escribá pidió públicamente paciencia con Gueye ante de jugar frente al Diocesano en la Copa, pero luego lo sustituyó en el descanso, pese a ir ya perdiendo. Una decisión que revela muchas cosas, porque el nuevo entrenador del Zaragoza no tenía más delanteros en el banquillo.

Gueye está siendo un fiasco a la altura de Marco Pérez, Jeison Medina, Toro Fernández, Vuckic o Sabin Merino, por citar algunas de las contrataciones que han pasado a la historia negra del Zaragoza, un club que siempre se había distinguido por fichar grandes delanteros centros. Un fiasco carísimo, porque su salario de 600.000 euros brutos es el más elevado de la plantilla, seguido del de Petrovic, y al que hay que añadir los 150.000 euros que se pagaron al Oostende belga por su préstamo. En total, una operación de 750.000 euros que no ha resuelto el gravísimo déficit goleador que asola al equipo aragonés desde hace ya dos temporadas y media y que ahora mismo es una patata caliente para Escribá, como lo fue para Carcedo, que ya no sabía cómo justificar el pésimo rendimiento del futbolista.

Y, claro, la pregunta que corre ahora como la pólvora entre el zaragocismo es qué vieron Torrecilla y Sanllehí, y bendijo después Carcedo, en el ariete africano para apostar tan fuerte por su contratación, cuando venía de un campeonato menor como el belga y de un equipo menor como el Oostende, por más que hubiera marcado 13 y 12 goles en las dos campañas anteriores.

De Torrecilla era conocida su falta de ojo clínico para fichar delanteros, pero con el paso de los meses cada vez resultan más inexplicables las declaraciones de Raúl Sanllehí sobre Gueye cuando finalizó el mercado de verano: “Su fichaje se produjo al final de la ventana –el 31 de agosto-, pero la negociación ha durado dos meses. La alegría es que hemos conseguido una de nuestras primeras opciones. El jugador y su agente entendieron enseguida el proyecto y nos ayudaron mucho en una negociación muy difícil”. Dos meses detrás de Gueye…

Pero Sanllehí aún fue más lejos en una entrevista conjunta en AS y Radio Zaragoza el 19 de septiembre cuando Gueye no terminaba de arrancar: “No hay nada por lo que preocuparse y, desde luego, no hay ninguna lesión. El periodo de aclimatación es importante y hay jugadores que necesitan más que otros, sobre todo si vienes de una cultura y una liga diferente, sin hablar el idioma y con un sistema de juego distinto. Hay una satisfacción por el carácter de Gueye para integrarse dentro del equipo, pero tiene que aprender una serie de movimientos y el sistema”.

La realidad es que Pape Gueye sólo ha intervenido hasta ahora en nueve partidos, contando el de ayer de Copa frente al Diocesano, y únicamente en tres ha sido titular. En total, apenas 280 minutos de juego. Y eso que Iván Azón se ha perdido diez partidos por sus dos lesiones, por lo que el senegalés no ha tenido casi competencia para el puesto.

Gueye está cedido hasta el 30 de junio de 2023 y el Real Zaragoza dispone de una opción de compra de tres millones de euros, obligatoria en caso de ascenso, pero lo cierto es que el club, aunque nadie lo admita todavía en público, va a intentar en el mercado de invierno darle una vuelta importante a la plantilla y el delantero africano está entre los que tienen muchos números para salir de una forma negociada.