Enrachados
Y que dure. El Atleti es la irregularidad manifiesta, el azote de los apostadores, la perdición de los listillos, un rompe estadísticas. Se nos venía el fin del mundo al llegar el Mundial. Nos habían echado de todos sitios, de los de buenísima reputación y de los de no tanta. Y encima vendiendo jugadores, o cediendo jugadores, en fin, un desastre, pensaba yo. ¡Con lo bueno que es el portugués, cómo le dejan ir! Y no se iba solo, se iba con Cunha, con Felipe, con yo qué sé quién más… resumiendo, a Segunda, me decía a mí mismo. A pelear por la salvación de las almas.
Y mira tú por dónde que el zorro Simeone nos vuelve, o, mejor dicho, me vuelve, a dar una lección y se sale con la suya de una manera brillante, o sea, ganándolo todo o casi todo. Y ganando bien, y mostrando poderío, y metiendo goles y evitando que te los metan. Todo bien. Cómo se nota la calle que tiene este hombre… cada día me doy más cuenta de que tiene más barrio este tipo que Makinavaja.
Y de repente nos vemos cerquita del Real Madrid, que era inalcanzable hace meses. Ahí estamos, a sólo dos puntitos de una segunda posición que a los atléticos nos sabe a gloria, tras esta temporada extraña en la que nos ha pasado todo lo malo que a uno le puede pasar. Pero el fútbol es ese deporte en el que juegan once contra once, pero ganan los dirigidos por Simeone. Lo que queda es muy emocionante.
No jugaremos eliminatorias de Champions ni de Europa League ni la final de Copa del Rey, pero para nosotros es muy emocionante. Lo vivimos como si fueran finales, cada partido una final. La inteligencia del “partido a partido” de Simeone hace que cada vez sea más imitado, o copiado. Escucho esa cantinela a muchos, muchos jugadores y entrenadores. Debería patentarlo. La sabiduría va por barrios, y yo quiero ser del barrio de donde salió Simeone.
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