El derbi se presenta como tabla de salvación para Ramírez

El Sporting regresó de Vila-Real con la vista puesta en el derbi del próximo sábado en El Molinón que se presenta como tabla de salvación de la temporada en todos los sentidos, sobre todo para su entrenador, Miguel Ángel Ramírez. El técnico ha comenzado a preparar la cita pendiente de los lesionados que pueda recuperar para este partido en el que no podrá contar con José Marsá, sancionado por la expulsión en el Estadio de La Cerámica.

Ramírez encara el encuentro como la agarradera que permita maquillar la mala temporada del equipo rojiblanco. Un triunfo sobre el Real Oviedo significaría, en primer lugar, cerrar definitivamente la permanencia, para la que necesita conseguir solo un punto en las tres jornadas que quedan; la victoria serviría, de paso, para proporcionarle a la afición una alegría ante el eterno rival al que ha superado solo una vez en los 11 enfrentamientos desde el reencuentro en 2017, con el dramático balance de siete derrotas.

Además, el derbi le puede servir a Ramírez para recuperar crédito ante la afición de cara a la próxima temporada. Después de 16 jornadas, el balance del sustituto de Abelardo es bastante pobre; recogió al equipo en el puesto 15 de la clasificación y lo tiene en la posición 18, rozando el descenso --aunque lo tiene a ocho puntos--, lugar que ocupa por segunda vez en esta segunda parte de la competición (la peor clasificación de Abelardo fue el decimoquinto que dio lugar a su destitución) en la que llegó a estar a cuatro puntos de la zona de peligro.

José Alberto López ha sido el único entrenador capaz de derrotar al Oviedo en estos cuatro años. Herrera, Baraja, Djukic, Gallego, Martí y Abelardo fueron incapaces de superar al eterno rival, circunstancia que les pasó factura a algunos de ellos; a Rubén Baraja le costó la destitución, a Miroslav Djukic le provocó que se descartara su renovación y a José Luis Martí le abrió también el camino del cese un par de jornadas después. También el crédito del Pitu Abelardo se empezó a resquebrajar en la primera vuelta con la derrota en el Carlos Tartiere.

Miguel Ángel Ramírez tiene un año más de contrato pero se juega el próximo sábado buena parte de la confianza del sector de la afición que cree en su trabajo. Pero será en un partido con condicionantes de nuevo para su equipo.

El Sporting no podrá contar con José Marsá y su entrenador estará obligado a modificar de nuevo la defensa si Pablo Insúa no se recupera del problema muscular que le obligó a retirarse en el partido ante el Villarreal B. El técnico también está pendiente de Christian Rivera y Víctor Campuzano, aunque ninguno de los dos son titulares en estos momentos y tienen compañeros por delante en las preferencias del entrenador.