El Amorebieta se queda a medias

Amorebieta y Albacete se reparten el botín en un duelo directo por la permanencia. Un punto que dejó mejor sabor a los blancos que a los azules, que merecieron llevarse los tres puntos. La máxima igualdad sobre la que transitaba la fría noche de Lezama la desequilibró el equipo local pegándose un tiro en el pie. Una sucesión de despropósitos atrás que terminó con el gol en propia meta de Bustinza. Apenas cumplida la primera media hora de juego, aún quedaba mucho camino por recorrer. Bien lo sabían los azules, que reaccionaron dando un paso adelante en busca de la remontada. Morcillo y Dorrio avisaron con disparos a los postes. Fue Unzueta quien decidió que a la tercera fuera la vencida con un testarazo superlativo desde el punto de penalti. Hasta el final lo intentó el equipo zornotzarra sin éxito.

Jandro dio continuidad al esquema de cinco atrás con el que habían llegado los mejores resultados este año. Pero, en esta ocasión, el asturiano cambió dos piezas con respecto al empate de la semana pasada en Huesca. Erik Morán volvió al once en lugar de Carbonell y Morcillo entró en detrimento de Rayco por la izquierda. Por su parte, Rubén Albés, también satisfecho por los últimos partidos del equipo, mantuvo la misma alineación que superó al Racing de Santander a excepción del sancionado Glauder y el lesionado Julio Alonso. Djetei entró en el centro de la zaga mientras que Jonathan Silva ocupó el lateral izquierdo.

Un duelo directo por la salvación que arrancó con los miedos habituales de quien se ve al borde del abismo. Reticentes a dar un paso adelante al filo del precipicio. Tanto Amorebieta como Albacete amasaban con mimo cada jugada de lado a lado sin arriesgar más de la cuenta. En esas posesiones sosegadas los visitantes eran los que mostraban más colmillo. Especialmente desde su banda derecha. El aviso más claro lo desbarató Álvaro Núñez con un despeje decisivo cuando Agus Medina se relamía para marcar tras un centro con veneno de Manu Fuster desde la derecha. Como si de un partido de balonmano se tratara, cada posesión rival se defendía con el equipo en área propia con la firme intención de cerrar cualquier espacio.

A la media hora de juego, un cúmulo de despropósitos de los azules terminó con el primer gol del partido. Sucesión de errores en defensa. Primero un despeje errático de Seguín hacia el centro de área propia. Fuster cazó ese balón y buscó el disparo. Un chut mordido por la pierna de Etxeita lo mandó al fondo de las mallas Bustinza al tratar de evitar la llegada de Higinio. El central superó a Pablo Campos en una acción de nulo entendimiento y el balón entró llorando ante la desesperación local. La reacción no se hizo esperar. El Amorebieta dio un paso adelante y los jugadores de ataque empezaron a percutir con más asiduidad. Ganó protagonismo Morcillo, a punto de marcar un auténtico golazo tras un zurdazo desde fuera del área que se estrelló en el palo. Una acción de estrategia que pilló por sorpresa a la zaga manchega.

Si con un palo terminó la primera mitad, con un larguero empezó la segunda parte. En este caso fue Dorrio quien gozó de la primera gran ocasión de los azules con un remate de primeras a centro de Morci desde la izquierda. A todo esto, Jandro había movido ficha al descanso en busca de un esquema más ofensivo. Entró Jauregi por Seguín. El ariete de Muxika acompañó a Unzueta y Félix ocupó el lateral izquierdo en el 4-4-2. La mala suerte se cebó con el primer cambio del Amore. En una acción de máximo infortunio, Kaiky le abrió una brecha en la zona de la tibia a Jauregi que le obligó a retirarse. Apenas 10 minutos después de saltar al verde, dejó su lugar a Javi Eraso.

El envite se enfrió por los minutos de atención médica que también aprovechó Rubén Albés para mover ficha. Quiles sustituyó a Fuster. Y en la primera acción, cerca estuvo de superar la salida de Pablo Campos tras un buen desmarque al espacio. Cuando parecía que el ímpetu de los locales se iba diluyendo llegó el tanto del empate con el primer gol de Unzueta desde su retorno al Amorebieta. Un centro tocado de Núñez desde el sector diestro lo cabeceó el delantero de Abadiño con un martillazo inapelable que hizo inútil la estirada de Bernabé. A partir del gol, comenzó el asedio azul. Bajo palos, los blancos achicaban aguas ante los constantes centros del cuadro zornotzarra. Morcillo se echó el equipo a las espaldas. En su mejor partido con la elástica de la SDA, no paró de intentarlo una y otra vez.